El nepalí Kami Rita Sherpa logró este miércoles coronar por 23ª vez al Everest, superando su propio récord que había establecido el año pasado, anunció el organizador de la expedición.
Kami Rita, un guía profesional desde hace más de dos décadas, alcanzó por primera vez en 1994 el «techo de mundo», de 8.848 metros de altura. «Nunca subía para batir récords, solo trabajaba. Antes no sabía ni que había récords para batir», declaró hace un mes este alpinista de 49 años, que también escaló otros ochomiles, como el K2, la segunda montaña más alta del mundo.
El año pasado culminó el Everest por 22ª vez y batió el récord que compartía con otros sherpas, los pobladores de las regiones montañosas cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de porteador o guía de alpinismo y que son indispensables en el negocio de las ascensiones. También son conocidos por sus capacidades físicas en altitud, donde es difícil respirar, porque su cuerpo se ha aclimatado y utiliza el oxígeno de manera más eficaz que los habitantes de las planicies, según un estudio científico británico.
Esta temporada Nepal entregó una cifra récord de 378 permisos para subir al Everest. Cada permiso cuesta 11.000 dólares. Cada titular de un permiso va acompañado de un guía, lo que significa que cerca de 750 personas pasarán por los mismos caminos en pocas semanas. Además, otras 140 personas se están preparando para subir al Everest por la cara norte, saliendo desde el Tíbet, según los organizadores de las expediciones.
El número de personas en la cumbre este año podría superar el del año pasado (807). En 2018 cinco personas murieron durante el ascenso. El Everest fue conquistado por primera vez en 1953 por el neozelandés Edmund Hillary y el nepalí Tenzing Norgay. Desde entonces cada vez más gente sube a la montaña y se temen las consecuencias para la seguridad y el medio ambiente.