Por Leandro Rosati
El camino de Argentina a Rusia fue muy complicado no sólo desde los futbolístico sino también desde los dirigencial y la transición por la que pasó la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hasta la asunción de Chiqui Tapia como presidente.
Cuatro años, tres entrenadores (Martino, Bauza y Sampaoli) hasta la complicación para conseguir la clasificación fue todo lo que vivió el plantel. El Patón concluyó su proceso (a cuatro fecha del final de las Eliminatorias) con un equipo sin idea de juego y muy complicado en la tabla de posiciones. La llegada de Sampaoli para la recta final no logró enderezar el rumbo, tal es así que la clasificación llegó en el último partido en Ecuador luego de arrancar perdiendo.
El proceso del hombre de Casilda tuvo como eje principal probar jugadores en varios puestos (Caballero, Salvio, Meza, Lo Celso) pero nunca tuvieron una continuidad absoluta en el once inicial. Las giras sirvieron para seguir probando, pero nunca dio señales de consolidar una formación o que el equipo salga de memoria.
Primero llegó el corte de 35 jugadores, después la lista final y luego los cambios por lesiones. Y nunca pudo repetir una formación, salvo en los últimos cuatro entrenamientos donde Caballero le ganó la pulseada a Armani y será el arquero titular; la dupla central será Otamendi y Rojo (juntos jugaron poco) y la mayor polémica pasa si para jugar ante Islandia es necesario un doble cinco de marca con Mascherano y Biglia. También confirmó a Agüero como punta de referencia.
El tiempo se acabó, las palabras están de más. En horas Argentina debuta ante Islandia y todo lo que pasó será historia. Lo cierto es que el debut mundialista será con más dudas que certezas para Sampaoli.