Un biólogo de La Pampa fue premiado el pasado 1° de mayo en Londres, con el premio Whitley, por su trabajo de investigación y conservación del águila coronada. La propia princesa Ana de Inglaterra le dio a José Sarasola el considerado «Oscar Verde».
Sarasola es docente e investigador del Conicet y del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (Cecara), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam).
La Whitley Fund for Nature es una fundación internacional con sede en Londres, que premia anualmente a personas de todo el mundo que se dedican a la conservación de especies o ambientes en peligro. Este año, junto a Sarasola, hubo otros seis galardonados.
Los cambios en el uso de la tierra y el avance de la frontera agrícola han provocado transformaciones de los ambientes naturales con consecuencias devastadoras sobre la biodiversidad en general, y con mayor impacto en algunos grupos en particular. Uno de ellos es el de las aves rapaces, un grupo con grandes requerimientos de hábitat y que arrastra en muchos casos una historia de persecución activa por el hombre.
Una de las especies más susceptible a estos cambios y a la presencia humana en América del Sur, es el águila coronada. La historia de persecución que ha sufrido, la pérdida y fragmentación de su hábitat, y otras amenazas de origen antrópico han llevado a esta especie a encontrarse en peligro de extinción.
El Cecara, un instituto de investigación que funciona en el marco de la Universidad Nacional de La Pampa, ha centrado gran parte de sus estudios en la ecología de esta hermosa especie de águila y en inculcar criterios de conservación, en particular desterrando preconceptos infundados que han llevado a ponerla al borde de la desaparición.
En su investigación de mas de 15 años, Sarasola y su equipo ha podido determinar tres causas de muerte no naturales en el ave, que ponen en peligro su existencia dada la escasa población, calculada en unos 1.000 ejemplares, y su lento proceso de reproducción, ya que ponen un huevo por año, y no siempre alcanzará a nacer un nuevo ejemplar.
Con las 40 mil libras esterlinas (52 mil dólares) recibidas de su Premio Whitley, el área de intervención del CECARA se ampliará cubriendo 20 mil kilómetros cuadrados entre las provincias de La Pampa y Mendoza.
El objetivo es reducir aún más la matanza ilegal del águila coronada cambiando la percepción que tiene la comunidad sobre esta ave, trabajar con los agricultores para implementar soluciones simples para evitar que las águilas mueran ahogadas en los tanques de agua e involucrar más a las compañías eléctricas para que tomen medidas que permitan impedir que las águilas mueran electrocutadas.