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Turquía quiere mejorar los lazos con Israel, pero no acepta la política hacia Palestina


Los gobiernos de Turquía e Israel protagonizaron fuertes choques, principalmente por las acciones de las autoridades israelíes contra la población palestina

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que este viernes que a su país le gustaría mejorar sus relaciones con Israel, pero tildó de «inaceptable» la política del Gobierno israelí hacia la población palestina.

A Turquía «le gustaría llevar los lazos a un punto mejor pero la política palestina es nuestra ‘línea roja’. Es imposible que aceptemos esas políticas de Israel. Sus actos implacables son inaceptables», dijo el mandatario a los periodistas, después de las oraciones del viernes en Estambul.

Asimismo, aseguró que que ambos países mantienen contactos entre «personas de alto nivel», sin dar más detalles al respecto, según informó el diario turco Hurriyet Daily News.

Los Gobiernos de Turquía e Israel protagonizaron fuertes choques, principalmente por las acciones de las autoridades israelíes contra la población palestina.

Los lazos bilaterales fueron congelados en 2010 por el asalto del buque «Mavi Marmara» que terminó con la muerte de diez activistas turcos.

Turquía analiza reducir al mínimo relaciones con Israel | El Economista

A pesar de que ambos países alcanzaron en 2016 un acuerdo para normalizar sus relaciones, los lazos no fueron restaurados totalmente e incluso expulsaron a sus embajadores en 2018 a causa de la represión por parte de las fuerzas de seguridad israelíes contra miles de manifestantes palestinos en la Franja de Gaza.

Las declaraciones de Erdogan llegan además después de que Israel haya firmado acuerdos con cuatro países -Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Sudán y Marruecos- para normalizar sus relaciones y ante los rumores de que otros países de la región podrían alcanzar próximamente pactos similares.

En agosto, Israel acusó a Turquía de dar pasaportes a una docena de miembros de Hamas en Estambul, y describió la medida como «un paso muy poco amistoso» que su Gobierno plantearía a los funcionarios turcos.