El presidente de Estados Unidos Donald Trump viaja a Florida y Georgia este lunes, casi una semana después del paso del huracán Michael, que azotó con fuerza a los dos estados del sur del país, en donde miles de personas intentan sobrevivir sin agua corriente ni electricidad.
La tormenta de categoría 4 azotó el Golfo de México en Florida el miércoles, con vientos que llegaron a 250 km/h, y luego los estados de Georgia, Carolina del Norte –que sufrió el huracán Florence el mes pasado– y Virginia, dejando un reguero de al menos 17 muertos.
La Casa Blanca no dio detalles sobre esta visita presidencial de un día. Trump y su esposa Melania partieron de Washington por la mañana.
En Florida, la ciudad de Panamá City y el pequeño balneario México Beach sufrieron enormes daños: miles de hogares y negocios resultaron destruidos, las líneas eléctricas y la red telefónica están fuera de servicio en la mayoría de los vecindarios, y apenas las carreteras principales fueron despejadas.
Los socorristas, que llegaron al sitio el día después del desastre, establecieron centros de distribución de agua y alimentos. Las organizaciones benéficas como el Ejército de Salvación o muchas congregaciones religiosas también han establecido puntos de distribución.
Algunos grandes almacenes han vuelto a abrir sus puertas, pero sin electricidad, en tanto muchas estaciones de servicio permanecen cerradas y temprano en la mañana, se formaron largas filas de autos en aquellas que aún tienen gasolina.
Supervivencia y ayuda mutua
«Ahora se trata apenas de supervivencia», dice Daniel Fraga, quien vive en el modesto vecindario en St. Andrew de Panama City, donde la solidaridad está a pleno.
«Nos hemos unido, nos ayudamos mutuamente y todos cuidan de los demás, y los que no participan están fritos porque sabemos quiénes son», dijo el joven electricista.
Más de la mitad del condado de Bay, que incluye a Panama City, aún no tenía electricidad el lunes por la mañana, mientras que varios condados del interior sufrían un corte de más del 80%, según la división de manejo de emergencias para Florida.
El Ejército y la Guardia Nacional de EEUU, junto a la policía, también recorren Panama City ya que el área queda sumida en la oscuridad al anochecer.
La base de la Fuerza Aérea de Tyndall, ubicada entre Panama City y México Beach y cuya infraestructura también resultó dañada gravemente, fue objeto de mucha especulación sobre su estado.
Algunos de sus hangares muy dañados albergan sigilosos aviones F- 22 Raptors, conocidos por su enorme costo unitario.
«Visualmente, todos estaban intactos y parecían estar en buenas condiciones, si tomamos en cuenta el daño sufrido por los edificios», dijo el ejército en una declaración después de una ronda de control el domingo.
«Nuestros profesionales de mantenimiento realizarán un informe detallado sobre los F-22 Raptors y otros aviones antes de que podamos estar seguros de que los aviones dañados se pueden reparar y volver a volar», agregó la Fuerza Aérea.