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Trenes, un proyecto posible: ¿qué falta para que Funes tenga un servicio de cercanía?


Vanesa Ferro - InfoFunes

Ante la congestión de tránsito en los accesos a la ciudad de Funes, el tren de cercanía es visto como una salida. Pero el proyecto debe pasar varias pruebas para avanzar.

Ante los cambios que impone la nueva disposición geográfica social y económica de la región, la utilidad de un tren de pasajeros que una a Rosario con Funes y varias localidades vecinas se impone como una política necesaria. Todos los días, y especialmente los fines de semana, el tránsito para entrar y salir de Funes muestra grandes complicaciones. Al creciente parque automotor y la gran cantidad de personas que optan por vivir en esa ciudad, se sumaron obras en tres de los cuatro accesos.

El ramal Rosario – Cañada de Gómez pertenece al Ferrocarril General Bartolomé Mitre y actualmente está concesionado a la firma Nuevo Central Argentino, que pertenece al holding de empresas de la Aceitera General Deheza y vence a fines de este año, aunque el Gobierno Nacional especula con no renovarlo y nacionalizar dicha vía.

Por las vías que cruzan Funes circulan mayormente trenes de carga y algunos pocos de pasajeros del servicio Retiro – Córdoba. La posibilidad de reactivar un tren metropolitano de cercanía que una la ciudad Cuna de la Bandera con Cañada de Gómez existe, pero deben alinearse algunos planetas.

A fines de 2020, el presidente de Trenes Argentinos, la sociedad del Estado que administra la red ferroviaria de todo el país, Martín Marinucci, anticipó el proyecto de recuperar el tren de pasajeros. Aunque las declaraciones del funcionario desbordaban de optimismo y fijaban el primer cuatrimestre del año como meta, InfoFunes pudo saber que esos tiempos no se cumplirán.

De todos modos, una fuente aseguró que se trata de un proyecto «completamente posible» de concretarse. «Ya está escrito desde hace años y no es muy caro», completó.

¿Qué falta? Se podría resumir en tres eslabones de una misma cadena: lobby, decisión política y algunas obras. En el primer caso, el rol de los intendentes y jefes comunales de las localidades que se verían beneficiadas con el regreso del tren de pasajeros es clave. No es lo mismo para un funcionario con escritorio en Capital Federal tener en el radar a Funes si en su teléfono celular empiezan a llegar mensajes con característica 0341.

Lo segundo, la decisión política, viene detrás de ese cabildeo. Y las obras, que no son pocas, son la desembocadura de ese río de aguas políticas: readecuación de vías -obra que tenía presupuesto pero fue congelada por la administración del ex presidente Mauricio Macri, seguridad en algunos tramos calientes del recorrido y recuperación de las estaciones.

Esto último no es un detalle menor. Sin ir más lejos, la estación de Funes fue reconvertida en Museo hace ya varios años. Y la inmediatamente anterior, la Antártida Argentina en Fisherton, es un centro cultural. La posibilidad de adaptar estos espacios para que recuperen al menos en parte su función original o la búsqueda de un nuevo punto que funcione de apeadero es un tema que debe resolverse con prontitud si se pretende que, por fin, un tren de pasajeros vuelva a surcar la región.