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Tras los dichos del Papa, Arturo Araujo sumó su opinión sobre la meritocracia


El ex presidente del Colegio de Abogados de Rosario se refirió en diálogo con CLG al tema que se discute en todos los rincones del país

El debate sobre la meritocracia se reavivó en los últimos días en el país a partir de las declaraciones del presidente Alberto Fernández y luego de los dichos del papa Francisco. Ambos opinaron en la misma lógica: no todos tienen las mismas oportunidades para desarrollarse. Quien sumó su testimonio fue Arturo Araujo, ex presidente del Colegio de Abogados de Rosario. El abogado expresó su opinión en diálogo con CLG.

«Quien razona con la lógica humana, la de los méritos adquiridos con la propia habilidad, pasa de ser el primero a ser el último. En cambio, quien se confía con humildad a la misericordia del Padre, pasa de último a primero», expresó el último domingo Francisco a través de sus redes sociales, en cita a Mateo 20, 1-16″.

Para Arturo Araujo, «la palabra del Papa no se puede evaluar con un criterio meramente humano, porque es el representante de Cristo en la Tierra y todas las apreciaciones que tiene sobre el mundo las hace desde el punto de vista del Evangelio». Y agregó: «En el sermón del último domingo, el Papa se basó en un pasaje de Mateo para contar la historia del dueño de una viña que le pagó lo mismo a los que trabajaron durante todo el día que a los que trabajaron sólo unas horas, refiriéndose al ingreso a la vida eterna. Uno puede tener una vida impecable y llegar al cielo, pero también puede hacerlo algún pecador que a último momento cambia de vida y se logra salvar».

«Lo que importa es el momento culmine de la muerte, el arrepentimiento y perdón que se pidan de los pecados», remarcó Araujo sobre la postura del Papa, que no es la primera vez que se expresa de esta manera. En 2017, durante una visita pastoral a Génova, había criticado que «el sistema político favorezca al que especula y no al que invierte y cree en el trabajo». En ese sentido, manifestó que «el que despide gente no es un buen empresario, sino un comerciante», y luego criticó «la cultura de la meritocracia». “Usa una palabra bella, el mérito, pero se está transformando en una legitimación ética de la desigualdad”, aseguró Bergoglio.

Araujo sostuvo que «evidentemente, desde el punto de vista civil y cotidiano, si una persona ha hecho una vida correcta, ejemplar y que apunta al bien común, sería bueno que tenga su espacio, su posibilidad de acceder a los cargos públicos, y que no sea el único mérito para acceder a esos puestos pertenecer a un partido o a una ideología sin tener méritos propios, conocimientos y antecedentes».