El número de víctimas mortales por la tragedia provocada el viernes por la ruptura de una represa de residuos de una mina de hierro en el sureste de Brasil llegó a 84, según el último balance de los bomberos, que por sexto día consecutivo continuaron con las tareas de rescate, informaron fuentes oficiales.
El reporte, que fue divulgado por el Cuerpo de Bomberos al final del martes, incluyó 19 cuerpos que fueron hallados ayer, algunos de los cuales estaban ubicados, al parecer, en el restaurante de la minera Vale, cuyas instalaciones fueron sepultadas por la ola de residuos minerales, según informó EFE.
De acuerdo con el último balance, las autoridades aún buscan a 276 personas consideradas como desaparecidas, en su mayoría empleados de Vale, la mayor productora y exportadora mundial de hierro y propietaria de la presa que se rompió.
La tragedia ocurrió en la tarde del viernes pasado en la jurisdicción de Brumadinho, municipio en el estado de Minas Gerais (sudeste), por la ruptura de una de las presas en la que la minera Vale almacenaba los residuos de una gigantesca mina de hierro.
Tras la ruptura, un río con residuos minerales y lodo sepultó las instalaciones de la propia empresa y diversas viviendas en áreas rurales. Desde entonces, autoridades nacionales con el apoyo de 136 soldados israelíes que llegaron el domingo con 16 toneladas de equipos especializados, se concentraron en la búsqueda y rescate de víctimas.
El viernes, sin embargo, fue el último día en el que las fuerzas de rescate encontraron personas con vida en el área del desastre, algo que, según las autoridades, es cada vez menos posible, por el tiempo transcurrido y las condiciones de la catástrofe.
La tecnología aportada por el Ejército israelí fue determinante para la localización de nuevos cuerpos hallados, según admitieron los bomberos brasileños.
Los militares israelíes cuentan con satélites, drones, cámaras, radares y equipos capaces de localizar señales telefónicas en hasta tres metros de profundidad.
Estos equipos permiten no sólo trazar mapas detallados del área del desastre sino también detectar bajo el lodo posibles cuerpos, estructuras y hasta vehículos.
A las pérdidas humanas y del impacto económico que la tragedia dejó en la región se suma el daño ambiental, ya que la avalancha de lodo, según el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), destruyó al menos 125 hectáreas de bosques.
El Gobierno brasileño y las autoridades judiciales tomaron medidas para identificar a los posibles responsables por la tragedia y detuvieron a cinco personas ayer acusadas de haber alterado los documentos técnicos de fiscalización de la seguridad de la presa que provocó el accidente.
El Gobierno, por su parte, ordenó la fiscalización inmediata de todas las represas de empresas mineras del país, dando prioridad a 3.386 que fueron clasificados con «daño potencial asociado alto» o «riesgo alto».