El actor está al frente de la serie "Experimentores", que se emite de lunes a viernes a las 12 y a las 19.45
Tomás Fonzi se encuentra al frente de una nueva entrega de «Experimentores”, el ciclo de la señal Pakapaka que le planteó al actor el desafío de apostar a la conducción por primera vez en su carrera, con un proyecto que busca que las infancias se interesen por la ciencia y se lleven “más preguntas que respuestas”.
“Me entusiasmó hacer un programa que tienda a ser educativo, que hable sobre ciencia y que se tome los tiempos necesarios para explicar conceptos que por ahí en otro tipo de pantalla o de programa no pueden darse ese lujo”, expresó Fonzi en diálogo con Télam.
La serie, que se emite de lunes a viernes a las 12 y a las 19.45, busca mediante divertidos experimentos y demostraciones encontrar respuestas científicas a preguntas de la vida cotidiana, y de esta manera despertar el interés por la ciencia, que es uno de los objetivos que tiene este año la señal pública para las infancias.
En esa línea, la entrega apuesta a “la observación y a la instancia previa que es hacerse preguntas”: “Tiene algo del pensamiento científico, es decir, a partir de un suceso, elaborar una hipótesis y después quizás refutarla, un proceso que sería muy saludable poder aplicarlo luego a todos los ámbitos de la vida”, destacó sobre el ciclo el actor de títulos como “Verano del 98”, “Los Roldán”, “Botineras” y “Esperanza mía”.
Esta temporada, que se grabó en Mendoza, ligará los experimentos a contenidos de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP), con la curaduría y la colaboración de científicos y docentes locales.
Fonzi, que espera estrenar en junio la pieza “La fiesta de los chicos” en el Astral, bajo la dirección de Ricky Pashkus, grabó los capítulos tanto en el laboratorio como en los exteriores de la UTN – Facultad Regional Mendoza y, por ejemplo, experimentó volar en un globo aerostático para mostrar cómo sube el aire caliente, desde la cancha de fútbol de la universidad.
—¿Qué te sedujo de esta propuesta?
—Me sedujo la posibilidad de conducir un programa orientado a los más chicos. Ya lo tenía visto cuando estuvo al frente Nazareno Casero, lo mirábamos con mi hija que ahora tiene 10 años y éramos medio fans desde el principio, sumado al protagonismo de la ciencia y a que está detrás Pakapaka. Es un combo perfecto.
—¿Qué representan para vos las señales públicas y educativas?
—Su existencia es clave y fundamental por el solo hecho de que escapan a una lógica comercial que atenta contra los tiempos que necesita la educación o a la profundidad a la que se puede llegar en determinada producción de contenidos. Fundamentalmente pienso en lo vital de la educación en sí misma, en cualquiera de sus modos. Hoy más que nunca, que está tan diversificada en sus formas, ya sea a distancia o presencial. Y el consumo tan exponencial de pantallas en estas circunstancias de confinamiento por la pandemia, que nos llevó a estar mucho en casa.
—¿De qué manera se incentiva el interés de las infancias por la ciencia?
—Eso fue lo que siempre me interesó. Tal vez haya algo de la estructura de la educación muy arcaica y que no apunta a interpelar al alumno sino a bajar información. Lo mejor que le puede pasar al programa es que sea una fuente de interrogantes. Generar más preguntas que respuestas. Incentivar la curiosidad y una manera diferente de ver las cosas, con el aditivo de hacer experiencias, en algunos casos en un laboratorio. Luego hay propuestas que los chicos pueden hacer en sus casas, en algunos casos solos y en otros con la presencia de un adulto.
—¿Cuál es tu mirada en cuanto al abanico de contenidos al que acceden las infancias?
—Primero que nada, el cambio en el consumo de material audiovisual. Ya no existe eso de sentarse frente a la tele a tal hora a ver un programa. El consumo de la televisión de aire, hablo por mis hijos, es a la hora de la merienda o del desayuno y en general voy directo a Pakapaka porque es lo que quiero que vean, no me gusta esa cosa estridente y de la propaganda del juguetito. En cuanto al contenido que les llega de internet y de las redes sociales es un desafío permanente y constante. Estoy a favor de filtrar y de estar muy atento al contenido al que tienen acceso. Incluso, tal vez más que filtrar pasa por proponer, por ejemplo, me puse a ver con mi hijo de 5 años un recital de AC/DC en River y se enganchó; le gusta verme disfrutar y de eso se trata, de hacer propuestas y compartir a veces algo que nos interpele a los dos.
—¿Cómo vivís la experiencia de hacer una producción para chicos?
—Si bien no hay una intención de empezar a hacer un personaje para pibes, me interesó apostar a la conducción, hablar a cámara, interpelar al que está mirando, ese era el desafío. Además del hecho de hablarles a los chicos y tratar de hacer interesante un tema que por prejuicio puede sonar que es un embole y hacerlo atractivo.
—¿Te gustaría dedicarte a la conducción?
—Ahora que me veo, sé que puedo hacerlo, pero con este producto y con estos tiempos. Tuvo mucho que ver que fuera para chicos, sobre ciencia y para Pakapaka. Claramente conducir un magazine de espectáculos no me interesa.