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Tensión en el Congreso español por la jura de legisladores secesionistas catalanes


El líder de ERC, Oriol Junqueras, en prisión provisional, promete la Constitución en el inicio de la legislatura. En vídeo, momento en el que Junqueras acata la Carta Magna. (Foto: EL País)
El líder de ERC, Oriol Junqueras, en prisión provisional, promete la Constitución en el inicio de la legislatura (Foto: EL País)

El nuevo Congreso de los Diputados y el Senado español inauguraron este martes sus sesiones con tensión y tumulto ante la inédita jura de cinco secesionistas catalanes que están presos y que fueron elegidos en las urnas, cuya suspensión inmediata exigieron la derecha y los ultraderechistas del partido Vox.

La suspensión de los legisladores catalanes tendría un efecto en el cambio de la mayoría del Congreso y, por lo tanto, en la reelección del presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, quien necesita que al menos uno de ellos se abstenga, a menos que los secesionistas renuncien a sus escaños.

El ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, el ex activista Jordi Sánchez, los ex consejeros Josep Rull y Jordi Turull, en el Congreso, y Raül Romeva, en el Senado, fueron los protagonistas de la jornada ocupando sus escaños en ambas Cámaras, tras ser recibidos con aplausos por sus compañeros y algún grito de «¡fuera!».

Los cinco legisladores están siendo juzgados por su rol en el fallido proceso de secesión catalana de 2017, que fue duramente reprimido por el gobierno central español.
El Tribunal Supremo español, que ayer permitió que los secesionistas salieran de prisión para acreditarse como parlamentarios, autorizó que también acudieran hoy a la apertura de las sesiones, aunque les prohibió hacer declaraciones o mantener reuniones.

A pesar de ello, los secesionistas aprovecharon el foco de jura de sus cargos para expresarse, lo que provocó la protesta y repudio de sus adversarios de la derecha y del partido de extrema derecha Vox, que se estrenó en el Parlamento golpeando pupitres.

«Desde el compromiso republicano, como preso político y por imperativo legal, sí, prometo», fue la fórmula de juramento de la Constitución que eligió Junqueras, líder del partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Por su parte, Sánchez, Rull y Turull prometieron acatar la Constitución «por imperativo legal con lealtad al mandato democrático del 1 de octubre y el pueblo de Cataluña», en referencia a la fecha del referéndum de autodeterminación de 2017.

El resto de diputados secesionistas usaron otras fórmulas polémicas que incluyeron el reclamo de «la libertad para los presos» y «el retorno de los exiliados».

Los juramentos de los secesionistas apenas pudieron oírse en medio del intento de boicot de los diputados de la derecha, a los que la flamante presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Maritxell Batet, intentó calmar sin éxito. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, exigió a Batet que pusiera freno a las proclamas independentistas invocando la Constitución, pero la presidenta del Parlamento, experta en derecho constitucional, rechazó el pedido tras recordar una sentencia del alto tribunal que permite fórmulas alternativas.

«Esta presidencia será ejercida para que haya respeto a la Constitución, la ley y al otro», subrayó Batet dirigiéndose a sus pares parlamentarios.

La diputada socialista sostuvo que «la democracia siempre ha tenido algo de espectáculo, pero ese espectáculo no debe ser el de los gritos sino el de la fina inteligencia, la brillantez de la oratoria y en la defensa de las posiciones políticas». Asimismo, recordó que «ninguno de nuestros partidos por sí solo representa en exclusiva a España ni a ninguno de sus territorios (…) Cada uno de nosotros somos del pueblo, pero ninguno somos el pueblo», dijo.

El líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, acusó a los independentistas de haber «ultrajado» la Constitución y pidió a Batet que convoque la Mesa del Congreso para suspenderlos de inmediato.

Batet acudirá mañana al Palacio de la Zarzuela a reunirse con el Rey y luego reunirá a la Mesa del nuevo Parlamento, que deberá resolver si suspende o no a los diputados secesionistas.

En el Senado, en tanto, la sesión fue más calma pese a que Romeva también juró ejercer su cargo «hasta la proclamación de la república catalana».