Al menos 32 personas murieron este viernes tras el estallido de tres coches cerca de dos hoteles de la capital de Somalía, que fue reivindicado por el grupo islamista local Al Shababb, tras el cual hubo un enfrentamiento entre milicianos armados y las fuerzas de seguridad.
El ataque comenzó cuando dos milicianos suicidas hicieron estallar sus coches bomba en el exteriores del hotel Hayat, mientras que una tercera explosión se registró en un automóvil estacionado en el hotel Sahafi.
Los coches bomba estallaron en hora pico en una de las calles más concurridas de la capital, a pocos metros de la rotonda KM 4, un punto de control y acceso al aeropuerto internacional de Mogadiscio y donde se encuentran varios hoteles y restaurantes.
Mohamed Abshir, de los servicios de ambulancia de Amin, el único servicio gratuito que funciona en Mogadiscio y que atiende a las víctimas de la tragedia, aseguró en declaraciones a la agencia de noticias EFE. Además, este servicio de ambulancias trasladó a 45 heridos al hospital, según un mensaje en su cuenta de Twitter.
Los dos primeros coches bomba explotaron casi de forma simultánea en torno a las 16.00 (hora local) en el exterior del lujoso hotel Sahafi. Y la tercera explosión, unos 20 minutos después, ocurrió en un automóvil estacionado en el aparcamiento del hotel Hayat, en la parte trasera del Sahafi.
Los dos hoteles se encuentran en una de las calles más transitadas de Mogadiscio y a pocos metros del KM4, un cruce de calles que cuenta en sus cercanías con la sede del Departamento de Investigación Criminal (CID) y multitud de bares y restaurantes.
Entre los muertos figura el propietario del Sahafi, Abdifitaax Abdirashiid Shire, cuyo padre a su vez murió en un atentado similar contra el mismo hotel en 2015, según la radio local Dalsan.
El grupo yihadista Al Shabab reivindicó la autoría de los ataques y varios de los terroristas fueron abatidos cuando intentaron entrar al hotel Sahafi, según confirmaron fuentes de seguridad a la radio Dalsan.
Este nuevo ataque, que ha tenido lugar tras varias semanas de relativa calma en una ciudad con explosiones frecuentes, se produce poco más de un año después del doble atentado con camiones bomba mató a más de 500 personas en la capital somalí.
Al Shabaab fue expulsado de la capital somalí en 2011, pero aún mantiene gran influencia y perpetra ataques constantes a distintos objetivos, civiles y políticos.
El grupo yihadista, que se afilió en 2012 a la red Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar en Somalia un Estado islámico de corte wahabí.
Esta nación del Cuerno de África vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.