El diputado nacional Felipe Solá le presentó hoy al Gobierno de Mauricio Macri un plan de 35 propuestas para que la Argentina pueda «salir de la crisis» sin tener que aplicar un severo ajuste fiscal.
«Un modelo que exporta ahorro e importa deuda no puede tener otro final que el de una crisis profunda en todos los órdenes y manifestaciones de la vida comunitaria», dijo Solá en una conferencia de prensa este martes.
Según Arnaldo Bocco, asesor económico de Solá, el programa presentado al Presidente «es financiable con los recursos propios» y apunta a «salir de la crisis» por la vía de la expansión de la actividad económica dado que «un plan recesivo» sólo «empeorará la ya deteriorada la situación macroeconómica».
Entre las principales propuestas figura restituir las retenciones a la minería y controlar sus declaraciones juradas de producción.
Restablecer los impuestos que gravan la riqueza hacia la constitución de un impuesto al patrimonio neto y a los ingresos de las personas físicas.
En ese sentido, Solá propone eliminar los impuestos a los contribuyentes de la 4° categoría (empleados en relación de dependencia que pagan Ganancias) por un impuesto a los ingresos.
Asimismo, sugiere incrementar la alícuota de Bienes Personales aplicable en forma progresiva al 10% de los contribuyentes con mayores patrimonios.
Y establecer un IVA de 27% a los consumos suntuarios, incluyendo automóviles por encima de un millón de pesos, los productos de lujo importados y gastos suntuarios de todo tipo.
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–Pymes–
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También el diputado sugiere una Moratoria PYME para deudas tributarias y previsionales con 10 años de plazo como establece la Ley.
Y pide desarmar el sistema de embargos a los pequeños contribuyentes con atrasos y convocarlos a financiar sus pagos en períodos que les permitan reinsertarse en las normales actividades comerciales y productivas.
«Créditos a tasa subsidiada para recomponer capital de trabajo, hasta 36 meses con 6 meses de gracia, con una tasa que no supere el 17%», es otra de las propuestas del diputado peronista.
Asimismo, propone establecer una liberalización de 5 puntos de los encajes bancarios destinados a financiar micros y pequeñas empresas a una tasa del 17% para facilitar los pagos de salarios y las amortizaciones de deuda de cortísimo plazo.
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–Divisas–
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Para reducir la fuga de dólares, Solá recomienda establecer un impuesto del 25% al consumo con tarjetas de crédito en el exterior, incluyendo la compra de pasajes.
Ese impuesto, explicó Solá a NA, debe ser móvil en función del índice del tipo de cambio real multilateral que publica el BCRA, de modo que cuando la moneda se aprecia en términos reales el impuesto suba y viceversa.
Del mismo modo, Solá propone establecer límites mensuales a la compra de divisas para «combatir la fuga como limitación estructural a nuestro desarrollo».
Y ante la escasez de divisas, el diputado pide restaurar la obligatoriedad de la liquidación de divisas generadas por las exportaciones en el mercado en un tiempo cuyo plazo promedio debería ser de 180 días.
En paralelo, dice la carta presentada a Macri, se debería fijar plazo de un año de estadía mínima de inversores financieros residentes (que ingresan fondos del exterior) como no residentes que se aplican para la compra de LEBAC y LETES u otros activos financieros, tendiente a atenuar la volatilidad del sistema financiero y cambiario.
El diputado también propone implementar un esquema de impuesto a la herencia, como el que se tributa en las naciones de alto desarrollo e inclusive en economías menores y en proceso de desarrollo.
Sola le pidió a Macri que revise la política de tipo de cambio libre y que amplíe la intervención diaria en el mercado de cambios general y el que opera el Banco Central.
Y también formuló la necesidad de revisar el punto de referencia estructural 7 del acuerdo firmado con el FMI que establece la compra de las letras intransferibles en manos del BCRA –que devengan tasas muy bajas de interés- para «sanear su hoja de balance» porque requiere que el Tesoro emita títulos a tasa de mercado en dólares.
Esa estrategia del Gobierno, según Solá, implica una transferencia desigual al conjunto de los contribuyentes y convierte con alto riesgo esos bonos en futuros compromisos en dólares, lo que implica transferir al conjunto de la sociedad el riesgo cambiario de devaluación esperada.