Una foto del reportero gráfico Juan José "Tatín" García impacta: es la cara de la vida alejada de la contracara de la locura y de la muerte
De cara a Helios, entregadas al dios de la luz y de la vida, las vainas de la soja se entregan a la melodía silenciosa y fantástica de la naturaleza. El contraluz, captado magistralmente por el reportero gráfico Juan José “Tatín” García, es la otra cara de esta oleaginosa, es la cara alejada del inocente grano hecho cautivo por el oro y la desmedida ambición humana; es el otro rostro deseado, donde no cabe el desmonte indiscriminado con el que se le roban unos palmos más a la bendita tierra en aras de cosechar un poco más de dinero. Es la cara alejada del glifosato, de los pesticidas cancerígenos, es la cara de la vida alejada de la contracara de la locura y de la muerte.
Las vainas y las semillas de esta planta entregada al sol que ha tomado “Tatín” (con su Nikon siempre atenta a las imágenes maravillosas del universo) está lejos, además, de retenciones, de la bolsa y de las reyertas políticas que dividen corazones de una misma bandera.
La fotografía revela una creación maravillosa, mancillada, maculada y humillada a menudo por la miseria de algunos hombres quienes, en su desvarío, se suponen ricos cuando en realidad son pobres mortales. Tal vez, aunque suponga una paradoja si uno se atiene a las reglas y cultura del mercado, la obra debería llamarse: “Soja, un canto a la vida”.