Se trata de una de las principales causas por muerte súbita descubierta hace poco tiempo
Desde el año 1992, gracias al hallazgo de dos hermanos de apellido Brugada, aparece este síndrome que es un trastorno genético y consiste en una alteración del sistema de transmisión eléctrica del corazón. El siguiente artículo detalla en profundidad las particularidades del síndrome de Brugada, el causante más común de muerte súbita que resulta dificultoso diagnosticar porque no presenta síntomas hasta que debuta con algún episodio de síncope o paro cardíaco.
Los síntomas no se hacen evidentes hasta la adultez, y tampoco hay signos previos que permitan sospecharlo. El defecto genético en cuestión altera los canales iónicos del miocardio, que es el tejido muscular del corazón. Los canales iónicos permiten el intercambio de cargas positivas y negativas entre el interior y el exterior de las células miocárdicas. Al fallar, la persona es más propensa a padecer una fibrilación ventricular.
Las fibrilaciones ventriculares son arritmias graves. El corazón late descontroladamente a una velocidad muy alta, hasta más de 200 o 300 latidos por minuto. Se trata de una arritmia mortal si no se aborda a tiempo.
Signos y síntomas del síndrome de Brugada
Ya adelantamos que el síndrome de Brugada no tiene síntomas específicos. Es difícil de diagnosticar y detectar porque no presenta alteraciones previas que avisen de la existencia de la alteración de los canales iónicos.
Cuando debuta el síndrome en un individuo adulto, directamente se presenta con cierta gravedad. Puede producirse un síncope, un desmayo, una arritmia con palpitaciones o un paro cardíaco.
Una vez establecido el primer episodio, será el médico quien tendrá la responsabilidad de sospechar la existencia de este síndrome. Para ello, debe practicar una serie de electrocardiogramas buscando algo que se conoce como signo de Brugada, el cual explicaremos más adelante.
Dicho signo solo aparece en un electrocardiograma y no lo puede sentir el paciente. Aunque es casi imposible sospechar con antelación, hay algunos factores de riesgo que pueden tenerse en cuenta para afinar el diagnóstico. Entre estos factores tenemos:
Familiares con síndrome de Brugada: al ser una enfermedad genética, debe sospecharse en familias que ya lo tienen diagnosticado.
Varones: la enfermedad es mucho más frecuente entre los hombres que entre las mujeres.
Asiáticos: las personas de ascendencia asiática son más propensas a padecerlo.
Diagnóstico
Llegar al diagnóstico de síndrome de Brugada es un desafío para cualquier médico. Además de sospecharlo, hay que contar con la persistencia suficiente para detectarlo fehacientemente en una prueba.
El estudio de elección es el electrocardiograma. Se trata de un registro eléctrico de la actividad cardíaca que se puede realizar en un consultorio de manera ambulatoria. A través de esta prueba se busca el signo de Brugada, una forma particular del trazado del estudio que advierte sobre la presencia de la alteración en los canales iónicos.
El problema, también, es que no todos los pacientes lo evidencian en el electrocardiograma, y tampoco todos los electrocardiogramas lo registran siempre. El signo de Brugada es una elevación de un segmento del trazado que es muy llamativa.
El otro estudio que puede indicarse es el electrofisiológico. Ya no se trata de un método complementario que pueda realizarse en un consultorio. Se requiere un quirófano para insertar un catéter en el cuerpo. El catéter se lleva hasta el corazón para registrar la actividad del órgano desde adentro.
¿Se puede tratar?
Es complicado hablar de un tratamiento para el síndrome de Brugada. En términos estrictos, no existe una forma de deshacerse de la condición de forma definitiva. Lo que sí existe es una modalidad preventiva del paro cardíaco.
Esta prevención se realiza con la implantación de un desfibrilador implantable en el cuerpo del paciente. Este pequeño aparato registra la actividad eléctrica cardíaca y actúa con un choque eléctrico si detecta una fibrilación ventricular.
No hay medicamentos para el síndrome ni tampoco cirugías que puedan practicarse para extraer zonas defectuosas del corazón. Por ello, son fundamentales los controles periódicos.
Vivir con el síndrome de Brugada
Es posible vivir mucho tiempo con el síndrome de Brugada. Más allá de la implantación de un desfibrilador o no, lo fundamental son los controles.
Una vez detectado el trastorno es menester el seguimiento de parte de cardiólogos especializados que revisen las variables para alertar sobre cambios.
Del mismo modo, el paciente deberá aprender a controlar los factores de riesgo que pudiesen incrementar su riesgo de padecer un paro cardíaco´.
Fuente: mejorconsalud.com