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Sin precedentes: autorizaron a una pareja homosexual una subrogación de vientre


La habilitación la dio la Justicia de San Lorenzo, y la gestante será una amiga del matrimonio

La habilitación la dio la Justicia de San Lorenzo, y la gestante será una amiga del matrimonio

Un matrimonio homosexual recibió la autorización de la Justicia para llevar adelante un procedimiento de fecundación in vitro con subrogación de útero y óvulos donados: uno de ellos aportará los espermatozoides, una amiga de la pareja el útero y una donante anónima el óvulo. El juez que dio la habilitación es el magistrado de familia de San Lorenzo Marcelo Scola. El niño o niña será inscrito como hijo/a de la pareja.

Debido a que la gestación subrogada no se encuentra regulada en el Código Civil y Comercial, el magistrado tuvo en consideración la normativa que había sido prevista en el proyecto del Código en cuanto a “técnicas de reproducción humana asistida”: el consentimiento informado de las partes intervinientes en el proceso, el interés superior del niño, plena capacidad de la gestante, buena salud física y psíquica, que al menos uno de los comitentes aporte sus gametos, la imposibilidad de concebir o llevar un embarazo a término, que la gestante no aporte sus gametos, que no reciba retribución, que no se haya sometido a un proceso de gestación por sustitución más de dos veces y que haya dado a luz al menos, un hijo propio.

En la resolución, el magistrado destacó “la absoluta generosidad por parte de la gestante, con el acompañamiento de su hija, que en un verdadero acto de amor, permite a sus amigos, la posibilidad de tener un hijo/a que ella gestará” y el hecho de que su hija de 19 años “resaltó el acto de amor de su madre, lo cual le llenaba de orgullo, de felicidad y que le pareció el acto más sublime de amor y solidaridad que puede hacer una persona”.

Además, el fallo plasma una situación emotiva que tuvo lugar en una de las audiencias en la que uno de ellos manifestó que nunca pensó que se podría casar con la persona que ama, de su mismo sexo y que sería legal. Que luego de ello y de haberse casado, mayor fue su alegría, al saber que también podrían tener un hijo, ser padres y que la ley lo permitía, para concluir con el relato del “acto de inigualable amor, de su amiga-familia, que lo sorprendió en pleno desayuno dominguero y simplemente le dijo que estaría dispuesta a poner su vientre para cumplir con el deseo de ellos de tener un hijo/a, de realizar ese sueño de la paternidad».