Más de 34 millones de personas de todo el mundo viven en situación de inseguridad alimentaria aguda
Más de 34 millones de personas de todo el mundo viven en situación de inseguridad alimentaria aguda, según un informe de varias agencias de Naciones Unidas que alerta del previsible aumento de este escenario de hambre en más de una veintena de países si no se toman medidas de forma «urgente».
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estiman en su informe que más de 16 millones de personas padecerán inseguridad alimentaria aguda en la primera mitad del año, unos tres millones más que a fines de 2020.
El PMA y la FAO advirtieron sobre la preocupante situación en el norte de Nigeria, Yemen y Sudán del Sur y señalaron que en algunas zonas de estos dos últimos países hay áreas donde la población está ya en condiciones equiparables a la hambruna.
En el caso de Sudán del Sur, algunas zonas del estado de Jonglei llegaron al límite ya en octubre y noviembre de 2020 y la ONU prevé que la situación persista, de modo que más de siete millones de personas podría sufrir inseguridad alimentaria aguda, 700.000 más que en el mismo periodo del año pasado, con 100.000 de ellas en el denominado «nivel de catástrofe».
En el caso de Yemen, debido a la persistencia del conflicto, el colapso económico y los bloqueos a la ayuda humanitaria, en las regiones de Al Jawf, Amran y Hajjah, se prevé que en junio haya hasta 47.000 personas en situación extrema, 16.000 más que en el último trimestre de 2020.
En el norte de Nigeria, la temporada de escasez que se atisba entre junio y agosto amenaza con casi duplicar los niveles de inseguridad alimentaria aguda -por encima incluso de los 1,2 millones de afectados- y, en general, unos 13 millones de personas pasarán hambre si no mejora la asistencia.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, consideró que «la magnitud del sufrimiento es alarmante», fruto de una concatenación de factores que incluyen conflictos armados, desastres naturales y crisis económicas, entre otros. A todos ellos se sumó en este último año la pandemia de Covid-19, que afectó a los más vulnerables.
Por su parte, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, reclamó el cese de los combates, el acceso a las comunidades vulnerables y más fondos para luchar contra el hambre.