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Según el padre de Solange, «se cagaron» en sus derechos al no poder despedir a su hija


"Se cagan en el derecho de las personas que necesitan recibir afecto antes de irse. Parece que eso no importa", sostuvo Pablo Musse, padre de la mujer de 34 años que murió por un cáncer de mama

 

Pablo Musse, el padre de Solange, la mujer de 34 años que murió por un cáncer de mama y a la que no pudo acompañar por las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia del coronavirus en la provincia de Córdoba, aseguró hoy que las autoridades «se cagaron» en sus derechos y en el de su hija.

«Se cagan en el derecho de las personas que necesitan recibir afecto antes de irse. Parece que eso no importa», sostuvo el hombre.

En diálogo con Nelson Castro, en el programa «Alguien tiene que decirlo» de Radio Rivadavia, Musse sostuvo que en una de sus últimas comunicaciones, su hija, ya resignada, le dijo: «Bueno viejo, si esto no nos sirve a nosotros, que sirva para otra gente que la está pasando igual».

Musse apuntó contra el titular del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de Córdoba, Juan Ledesma, al calificarlo como un «iluminado» y estimó que «no debe ser padre».

«Un iluminado dijo que yo tenía Covid-19, debo ser el único hombre que se recuperó en 24 horas. Dijo que yo incumplía la ley, solamente quería ver a mi hija, que estaba internada en casa, no iba de vacaciones, ni a juntarme con amigos», sostuvo.

Musse, junto a su cuñada que es discapacitada motriz, intentaba llegar desde Huinca Renancó, en Neuquén, a Alta Gracia, en Córdoba para acompañar a su hija, la cual iba a afrontar un tratamiento oncológico en su lucha contra un cáncer de mama.

«Nunca pensó que se iba a morir, pasó por un montó de cosas e los últimos diez años. Era una luchadora, siempre estaba con una sonrisa. Me esperaba para almorzar el domingo (16 de agosto), pero no llegué y se rindió», expresó.

Según Musse, junto con su cuñada «fueron escoltados como terroristas», mientras que señaló que ese domingo, cuando pidió interpelar a las autoridades, le dijeron que no estaban porque era feriado.

«Una parte de la sociedad somos muy pelotudos. Somos una generación de respeto que salimos con la banderita y las cacerolitas y se nos cagan de risa. Ellos (por los funcionarios) tienen derecho a todo, salen a soltar presos y les chupa un huevo todo», expresó.

Además consideró que además de los abuelos que mueren por coronavirus, «están los que mueren de tristeza por no poder ver a sus seres queridos».