Espectáculos

Sebastián Muro: «Es una película dura, pero está hecha desde el amor»


"Rafa, su papá y yo" es un filme que habla de ausencias en la vida del realizador, como también la de su padre. El director dialogó con CLG

Por Mario Luzuriaga

Sebastián Muro es el director de la película «Rafa, su papá y yo», que habla de ausencias en la vida del realizador, como también la de su padre, pues empieza a filmar a su papá, Rafa, un extrovertido empresario organizador de eventos, para un ejercicio de la facultad.

Hipnotizado por la comodidad y displicencia de su padre frente a la cámara, Sebastián continúa filmándolo hasta que, sin quererlo, empieza a contar su propia historia familiar y da con un tema no saldado con su padre: su ausencia de casi una década cuando Sebastián era niño.

La película se encuentra en el sitio Puentes de Cine y ya se puede ver vía online. CLG dialogó con el director sobre esta película tan personal.

«Es una película muy interna, muy personal, es un poco dura, pero la pude contrastar con cierto tono que tiene mi papá en su modo de ser, y eso complementa muy bien», explica Muro a CLG.

Cuenta que no está peleado con su padre sino que puso en el tapete cosas que no se habían hablado de su relación. Además la idea surgió como un proyecto para la facultad y era retratar un personaje. Hacía tiempo que quería filmar a Rafa (su papá) y fue la excusa perfecta para hacerlo.

«Lo primero que apareció fue el magnetismo que tiene con la cámara y sumado al vínculo muy cercano al momento de hablar, que al momento, si uno no lo sabe, parece que no fueran padre e hijo», expresó. Sebastián cuenta que impactó mucho su trabajo, que sus maestros le dijeron que continuara filmando esta interesante historia.

Rafa, su papá y yo: accidental retrato de una historia familiar - LA NACION

En la película se puede ver la faceta de Rafa, un hombre transparente y viven comportándose con una simpatía igual para con todos. Es un hombre que parece superficial pero a la hora de enfrentar los temas se lo nota más serio.

«En la charla final con mi papá terminé de entender lo que era la película, para dónde apuntaba; algo que no lo entendía por negación (risas). Ya habíamos hablado de la relación con mi abuelo, sus viajes y su decisiones, solo quedaba este final. Es un momento que me gusta porque el cine permite que se vea ese personaje en su complejidad y sus procesos mentales», finalizó.