El Estado Nacional dejará de recaudar en la campaña agrícola 2017/18 unos 1.700 millones de dólares en concepto de retenciones a las exportaciones de soja y sus derivados, luego de que la sequía provocara la pérdida de cerca de 20 millones de toneladas de ese grano oleaginoso.
Los cálculos surgen de los análisis de diversos analistas públicos y privados, que coinciden en proyectar una caída de casi 30% en la producción de soja que se esperaba esta temporada.
Un trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó hoy que «el recorte de casi veinte millones de toneladas a la producción de soja significa que la Argentina se pierde de un ingreso total de divisas por más de US$ 6.300 millones por exportaciones del complejo soja».
Si a esos embarques se le aplica la alícuota de retenciones vigente en este momento, que es de 27,5% para el poroto y de 24,5% para sus derivados, la pérdida de recaudación para el fisco se ubica técnicamente en más de US$ 1.700 millones.
Según la bolsa rosarina, tras el fenómeno climático adverso, la cadena agrícola argentina dejará de exportar en 2018 unas 11 millones de toneladas de harina de soja, 2 millones de toneladas de aceite de soja y 3 millones de toneladas del grano sin procesar.
La producción del cultivo más difundido en el país, con casi 17 millones de hectáreas sembradas esta campaña 2017/18, se había proyectado inicialmente en 55 millones de toneladas, pero ahora la mayoría de los analistas y el propio Ministerio de Agroindustria ubican la cosecha en un rango de entre 35 y 36 millones de toneladas.
La Bolsa de Rosario aclaró que el maíz suma otros US$ 1.600 millones de pérdidas en divisas, ya que la sequía provocó que se malograran unas 10 millones de toneladas que no podrán exportarse. Pero como ese cultivo no tiene retenciones desde diciembre de 2015, con el cambio de gobierno, esa situación no tiene impacto directo sobre la recaudación.
La soja, en rigor, es el único cultivo que actualmente sigue tributando derechos de exportación (DEX). De todos modos, está en vigencia un cronograma de reducción que baja la alícuota a razón de medio punto por mes. Ese cronograma arrancó en 30% en enero pasado, se ubica ahora en 27,5% y debería llevar el impuesto a 24% a fines de este año y a 18% en diciembre de 2019.
Si la cosecha de soja no hubiera resultado tan dañada, y tomando un valor FOB promedio (contando los subproductos) de US$ 380 por tonelada, el complejo sojero podría haber exportado por US$ 20.000 millones y hubiera tributado unos US$ 5.300 millones.
Pero ese potencial de recaudación se redujo para el Fisco tan aceleradamente como la cosecha para los productores. En el mejor de los casos, se podrían concretar embarques por poco más de US$ 13.000 millones y la recaudación por retenciones se ubicaría en torno de US$ 3.600 millones.
El visible descenso de los ingresos al fisco en materia de retenciones provocó que en los últimos días proliferaran los rumores sobre una interrupción del cronograma de reducción de los DEX para la soja.
De todos modos, de acuerdo con los datos finales de la AFIP para 2017, las retenciones aportaron un magro 2,5% a las arcas oficiales, ya que significaron ingresos por $ 66.121 millones de pesos frente a un total recaudado de 2.578.000 millones.