Cada vez son más los casos de robos en la vía pública y es creciente el descontento social ante la falta de soluciones de las autoridades
Un grito de auxilio en una esquina, un llanto desconsolado de una mujer que quedó tendida en la vereda, una corrida desesperada detrás de una moto que se va. La bronca que queda. Las imágenes de robos y arrebatos en el microcentro rosarino son figurita repetida por estos días y la preocupación de la población es creciente.
Mientras se multiplica el delito, a veces a mano armada y otras en un veloz arrebato de un motochorro, los rosarinos expresan su gran descontento ante la falta de soluciones por parte del Estado y las fuerzas de seguridad.
La gente siente un total abandono y vulnerabilidad ante el delito, en una de las zonas más transitadas e importantes de la ciudad. A pesar de las denuncias, las marchas, los reclamos, el Estado ha dado muestras de no poder combatir este flagelo.
Los robos están a la orden del día y los vecinos parecen haber quedado librados a su suerte ante esta preocupante situación.