Hace 40 días, el Senado aprobó los cambios en el impuesto, que fortalecerán los ingresos y apuntalarán el golpeado mercado interno, pero la norma no entró en vigencia porque aún no se terminó de reglamentar
Por José Calero/NA
Gremios, legisladores y tributaristas manifestaron su preocupación por la «demora» de parte del Ministerio de Economía y la AFIP en reglamentar la ley que modificó el impuesto a las Ganancias y posibilitará que 1,2 millones de asalariados dejen de pagar ese tributo, ya que ganan menos de $150.000 mensuales.
Hace 40 días, el Senado aprobó los cambios en el impuesto, que fortalecerán los ingresos y apuntalarán el golpeado mercado interno, pero la norma no entró en vigencia porque aún no se terminó de reglamentar.
Fuentes del Ministerio de Economía y de la AFIP indicaron que se está trabajando en la reglamentación, pero aún no existe fecha prevista para que salga.
El diputado nacional Gustavo Menna (UCR-Chubut) llegó incluso a presentar un proyecto para que se expliquen las razones de la demora en la reglamentación de esa ley, la 27.617, sancionada el 8 de abril último, en medio de un escenario de inflación del 4% mensual que desgasta los ingresos.
Tributaristas consultados por la agencia NA advirtieron que si la reglamentación no se concreta esta semana, habrá pocas chances de que los cambios empiecen a regir con los salarios de mayo, por lo que la devolución de fondos se continuará demorando.
La cuestión comenzó a generar algunas tensiones en la coalición de gobierno, donde el impulsor de los cambios en la ley fue Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados.
En el massismo hay desorientación sobre los motivos de la demora en la reglamentación, ya que confiaban en que para abril estaría plenamente vigente.
Al aprobarse la ley, Massa había prometido que los trabajadores recibirían el beneficio con el sueldo de ese mes.
Esperaba que la reglamentación fuera rápida y permitiera que los cambios impactaran en los bolsillos de empleados en relación de dependencia.
La ley fue promulgada por el Ejecutivo y publicada en el Boletín Oficial el 21 de abril último, pero la reglamentación se demora.
En ese escenario, el Tesoro afronta este mes un escenario complicado para las arcas públicas, con un vencimiento por $305.000 millones previsto para este viernes, mientras crecen los gastos relacionados por una pandemia que no da tregua.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, busca mantener a raya las cuentas públicas, y debe equilibrar la asignación de recursos, un tema que viene siendo discutido en las reuniones de Gabinete Económico, en las que llueven las demandas de distintas áreas, y escasean los recursos.
La nueva ley de Ganancias representará una caída en los ingresos públicos de $45.000 millones en el año, estimaron fuentes legislativas.
La estrategia financiera de Guzmán parece ser demorar lo más posible la cuenta gastos, o devoluciones de impuestos en este caso, y hacerse fuerte en los millonarios ingresos fiscales provocados por la liquidación de commodities.
Se estima que la soja y el maíz dejarán en esta campaña ingresos adicionales por casi US$ 3.000 millones ($300.000 millones al tipo de cambio oficial) por encima de los calculado en el Presupuesto.
A esto, Guzmán le puede sumar los $230.000 millones ya recaudados por el impuesto a la Grandes Fortunas.
Con esas dos variables, Economía se asegura contar con medio billón de pesos extra para darle batalla a las exigentes necesidades financieras de este año, marcado ya por la segunda ola de Covid-19, que está causando más muertes que la primera, y exigiendo al límite la estructura sanitaria.