Las autoridades no quisieron que el congreso se cancele, pero el esfuerzo ha sido en vano
Las autoridades no quisieron que el congreso se cancele, pero el esfuerzo ha sido en vano
Los organizadores del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona informaron la suspensión del congreso que debía desarrollarse del 24 a 27 de febrero. Luego de seis horas de reunión, en la que participaron los 26 representantes de las principales operadoras de telecomunicaciones, se tomó esta decisión que afecta a los 100 mil asistentes y a las 2.800 empresas que participaban.
Fue comunicado mediante un texto que reza: «La GSMA ha decidido cancelar por la preocupación global que ha generado el brote del coronavirus, la preocupación por viajar y otras circunstancias que hacen imposible que se pueda continuar con el evento», ha dicho la organización en un comunicado firmado por el principal responsable de la feria, John Hoffman. Las Administraciones, según explica la organización, respetan y entienden la decisión. «Continuaremos trabajando con las autoridades locales al unísono y nos apoyaremos para el Mobile World Congress 2021 y ediciones futuras”.
En los últimos días, una serie de empresas se bajaron de la reunión tecnológica por temor al coronavirus y ha determinado la decisión de urgencia. Pese a que las autoridades consideran que no existe riesgo sanitario.
Entre las ausencias estaban las de las estadounidenses Cisco, Intel, AT&T, Sprint, Facebook y Mcafee; los fabricantes de móviles Vivo, Sony, LG, TCL o HMD y los de redes Nokia y Ericsson. Sin embargo, la puntilla llegaba este miércoles: los operadores europeos, con gran peso en la GSMA, como Deutsche Telekom, Orange y BT, anunciaban que tampoco asistirían a la feria.
El consejo de la GSMA está formado por 26 representantes de las principales operadoras de telecomunicaciones, entre ellas las mencionadas y otras como Telefónica, Vodafone, AT&T, Verizon, América Móvil, China Mobile, China Telecom y China Unicom.
Las consecuencias de esta cancelación tendrán una repercusión económica millonaria. Solo el coste para los participantes asciende a 500 millones de euros. Y se abre ahora una larga batalla legal por dirimir quién se hace cargo de esos gastos, si las empresas participantes o la GSMA, porque los seguros no cubren contingencias como una epidemia.
Las autoridades no quisieron que el congreso se cancele, pero el esfuerzo ha sido en vano.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía esta misma tarde en Barcelona que «no hay ninguna razón de salud pública para adoptar medida alguna respecto a cualquier evento previsto en Barcelona, Cataluña o España», informa Oriol Güell. Illa ha reiterado: «No me corresponde valorar la decisión» tomada por las empresas que han decidido no acudir al Mobile. «Nuestras decisiones están siempre basadas en la evidencia y la opinión de los expertos», ha añadido.
Por su parte, el secretario de Salud Pública de Cataluña, Joan Guix, había afirmado que no existía «ningún motivo sanitario» para suspender el Mobile, asegurando que lo que sí hay es una «epidemia mediática y de miedo» motivada por intereses económicos, competenciales y políticos.
La organización del evento tomó medidas para evitar el posible contagio que han ido haciéndose más estrictas con el paso de los días y el aumento del número de cancelaciones. Pasaron de proponer cambiar los micrófonos asiduamente y sugerir que los asistentes no se saludaran con un apretón de manos a prohibir la entrada de cualquier viajero que llegara de la provincia china de Hubei y a exigir a los asistentes que demostraran que no habían estado en China en los últimos 14 días.