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Salta: Se abstuvo de declarar el acusado de envenenar a su novia y al hijo de ella


El periodista acusado de haber envenenado con cianuro a su novia y al hijo de ella, el año pasado en Salta, se abstuvo hoy de declarar, en la audiencia de inicio del juicio al que es sometido y en la que testificaron los padres y una hermana de la joven. 

“Este individuo me quitó la posibilidad de ver crecer a mi nieto y a mi hija”, dijo Alejandro Párraga, padre de Alejandra (26) y abuelo de Amir (2), las dos víctimas del juicio en el que el imputado es el periodista y docente Franco Rodrigo Gaspar Cinco (29). 

El hombre llegó acusado por el «doble homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y por el medio utilizado», en este caso veneno, en perjuicio de Alejandra Párraga y de su hijo Amir Párraga, que murieron el 5 de junio de 2017. 

Tras la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio de la causa, Gaspar Cinco se abstuvo de declarar, y luego comenzó la declaración testimonial de Párraga, quien relató su versión de lo sucedido. 

“Ese día, aproximadamente a las 16.30, estaba en mi dormitorio cuando escuché un grito desgarrador de mi nieto y la voz de mi hija que decía ‘llamalo al papá’, por lo que corrí al living”, contó el padre de Alejandra. 

Allí, el hombre encontró a su hija con “Amir desvanecido en los brazos”, por lo que lo tomó e intentó reanimarlo practicándole respiración boca a boca, y pensó que lo que le sucedía estaba relacionado con los bronquios, porque en esos días el chico “estaba resfriado”. 

Al levantar la vista, Párraga vio a Gaspar Cinco a unos dos o tres metros, mirando la escena, a su hija llorando y a su esposa detrás, y al ver que no podía reanimar al nene le pidió al acusado que llamara una ambulancia. 

“Él medio que dudaba”, reveló el padre de Alejandra, quien al ver que el chico no reaccionaba optó por cargarlo en su auto y llevarlo, junto a su esposa y su hija Gabriela, al hospital privado Santa Clara de Asís, donde los médicos intentaron en vano reanimarlo. 

“No sabía nada de Alejandra, pensé que había quedado en shock por lo que le pasaba a Amir”, comentó el testigo, a la vez que detalló que unos minutos después de saber que su nieto había fallecido recibió la llamada de otra de sus hijas. 

Recordó que la joven le dijo que a Alejandra la habían trasladado al hospital San Bernardo, en la ambulancia que habían pedido para Amir, pero que había llegado muerta. 

En ese momento, el hombre pidió hablar con Franco, que estaba con su hija, a través del teléfono, y fue él quien le dijo que les había dado de beber “agua bendita”, debido a que el pequeño se encontraba enfermo. 

“Estaba devastado. Me desbordé, no sabía qué hacer. Me sentía aturdido”, expresó el padre y abuelo de las víctimas, que en la audiencia vestía una remera con la foto de ambos y un rosario, tras lo que aseguró que Alejandra era “una madre hermosa con su bebé”, y que “eran el uno para el otro”. 

Luego del relato de Alejandro Párraga, siguió el testimonio de la madre y abuela de las víctimas, Mercedes Martínez, mientras que la audiencia cerró con la declaración de la hija de ambos, Mariana Párraga. 

A partir de allí, se pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes, cuando proseguirá la ronda de testimoniales con más familiares de las víctimas y un testigo protegido. 

El juicio unipersonal está a cargo del juez Ángel Longarte, y por el Ministerio Público interviene el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (UGAP) 4, Ramiro Ramos Osorio, mientras que la defensa del imputado está en manos de Luis María Agüero Molina. 

El hecho ocurrió en la vivienda de la familia Párraga, en la calle Gorriti al 800 de la capital salteña, hasta donde Gaspar Cinco llegó con una botella que, según él, contenía «agua bendita» para proporcionársela al niño, porque estaba enfermo. 

Apenas ingirió un trago de la botella, el pequeño entró en colapso, lo que motivó la reacción de la madre, que intentó practicarle respiración boca a boca y también se descompensó al tener contacto con el veneno. 

El pequeño fue trasladado a una clínica privada, donde falleció minutos después de ingresar, mientras que su madre murió antes de llegar al hospital San Bernardo. 

Al día siguiente del hecho, durante el velatorio de las víctimas, Gaspar Cinco fue detenido, y sometido a pericias psiquiátricas por especialistas del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), que determinaron que el imputado es imputable y que posee «personalidad psicopática con rasgos narcisistas». 

Los médicos forenses establecieron que tanto la mujer como su hijo murieron por intoxicación con cianuro de potasio, aunque al niño se lo encontraron en el estómago, por haberlo consumido, y a la madre en las vías respiratorias, por haberlo aspirado cuando intentaba reanimar a su hijo. 

Durante la investigación se comprobó que Gaspar Cinco había ofrecido 10.000 pesos a tres personas, en distintas oportunidades, para matar al niño porque le molestaba en su relación de pareja con Párraga, según lo relató Ramos Ossorio. 

El fiscal contó además que el hombre intentó previamente deshacerse del pequeño en un episodio ocurrido el 25 de mayo, cuando estaban de excursión en el dique Cabra Corral, de la provincia de Salta, y lo empujó para que caiga al agua y se ahogue, pero la intervención de un tercero frustró las intenciones del homicida. 

Finalmente, el fiscal indicó que fue establecido el lugar donde Gaspar Cinco compró el veneno, el número de lote del producto, y comentó que el envase de 400 gramos que adquirió le costó 990 pesos.