Por Fernando Cesaretti para CLG
A la derecha en la fila superior, sonriente, con el cabello engominado y vestido con traje de tono gris o azul oscuro, vemos a principios de los años 50 a un joven Alberto Olmedo en la fiesta de compromiso de una prima, celebrada en el pequeño patio de una casa de pasillo rosarina.
Debajo se observamos con un collar o cadenita adornándole el cuello a Matilde, su madre, quien tres décadas y media después se descompensaría fatalmente al enterarse de la trágica muerte de su hijo.