Espectáculos

Rodrigo Romero: «Empezó como un juego y terminó siendo un sueño que nunca imaginé»


Fue el actor que encarnó al cantante cordobés en la pantalla grande y recuerda a su ídolo. Dialogó mano a mano con CLG

Por Mario Luzuriaga

Veinte años pasaron de la trágica muerte de Rodrigo, el «Potro» cordobés, pieza fundamental del cuarteto e ídolo de multitudes. Rodrigo corrió la misma suerte que Gilda y también su vida se plasmó en el celuloide de la mano de la directora Lorena Muñoz, quien también había retratado a la cantante. La búsqueda del protagonista fue exhaustiva hasta que dieron con la persona indicada.

Rodrigo Romero, oriundo de Río Cuarto, es un fan del Potro cordobés. Se enteró de que había un casting para interpretar al músico y enseguida se apuntó. Su parecido físico y su lugar de nacimiento fueron la llave para que sea el protagonista de «El Potro: lo mejor del amor».

CLG dialogó con el actor, quien contó su experiencia de haber participado en el filme, como así también su actualidad en el mundo de la música.

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—Se cumplieron 20 años de la partida del «Potro» y tuviste el placer de interpretarlo en el cine.

—Se conmemoraron 20 años de la partida de este ser de luz, fue muy especial y emotivo para mí; con sensaciones encontradas, muy distintas y me tocó de diversas maneras. Mi relación con Rodrigo viene de chico, no fundamentalmente con la película, lo conocí para una Pascua cuando pasó por mi ciudad Río Cuarto. Es un fanatismo muy grande que lo llevo desde chico y de grande pude hacer su película, fue realmente muy lindo.

—¿Cómo te llega el dato de que iban a hacer la película?

—Fue casi de casualidad, me llega porque soy un gran consumidor de Rodrigo; que sigue ahora y hace muchos años atrás, páginas que tienen que ver con él. Una noche me llega un flyer diciendo que se venía una película sobre él y como fanático me hice mucha manija. Hacía años que esperaba una película del Ro porque había salido la de Gilda, y por ahí se venía alguna así y eso me había cebado. Al tiempo sale otro flyer buscando el actor principal de la película, y mi entrada empezó jugando porque envié fotos mías porque tengo un parecido y tengo la particularidad de llamarme Rodrigo (risas).

—Y de ahí en más te lanzaste.

—Me animé un poco jugando sin tener esperanzas de que vieran mis fotos, porque pensé «la cantidad de negros que habrán mandado fotos y justo van a elegir la mía». Por suerte la vieron y para sorpresa de las chicas que hacían el casting, descubrieron que era cordobés y que me llamaba Rodrigo, y no me creyeron (risas). Después hicimos una videollamada y me preguntaron qué onda con él y les comenté que era mi ídolo, que sabía sus canciones, es como una religión. Me preguntaron si sabía bailar cuarteto y les dije que soy cordobés y que primero nos enseñan a bailar cuarteto y después a caminar (risas). Así empezó todo, mandando fotos y después hicimos un casting en Córdoba capital. Allí fue otra historia porque había gente de cine y la verdad el casting fue interesante y sin tener una experiencia. Al tiempo me vuelven a llamar para hacer el casting en Buenos Aires y quedamos dos, yo que no era actor y el otro, que si era actor, que fue Juan Gilera.

—¿Cuándo te convocaron formalmente?

—Después de ese casting en Buenos Aires volví realizado porque dí todo y quedé en contacto con mucha gente. En diciembre de 2017 me llaman para decirme que quedé y tenía que volver a Buenos Aires, filmar un contrato de confidencialidad para no revelar fecha de estreno y demás cosas. Lo que empezó como un juego terminó siendo un sueño que nunca imaginé. Durante febrero y marzo de 2018 grabamos reversiones de los temas, me probaron, les gustó y grabamos el disco. Después me presentaron con los actores, filmamos y en octubre la estrenamos.

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—¿Cómo te llevaste con los actores?

—El éxito de la película y la interpretación que hice fue porque armaron un gran plantel de actores, como los casos de Daniel Aráoz, Fernán Mirás, que hacía de mi manager y una especie de padre que se expresó muy bien, con las chicas también; con Flor (Peña) haciendo de esa madre con ese hijo persiguiendo ese sueño.

—¿Te costó mucho rodar la escena del accidente?

—Son como muy emotivas porque fueron casi al final del rodaje, fue difícil por cómo es mi relación con la figura y porque fue pegada con las escenas que hicimos en el Luna Park y en donde jugaba con el bebé. También tenerlo a Ramiro, el hijo de Rodrigo, laburando en eso fue fuerte. Después me trajeron toda la ropa de ese momento y al mirarme al espejo me quebré, porque había remado todo el rodaje con alegría.

—¿Cómo fue trabajar junto al hijo de Rodrigo?

—Tuve contacto con sus músicos y gente que lo conoció; con Ramiro pegamos onda muy rápido y en el rodaje fue reírse todo el tiempo. Para mí ser amigo del hijo de mi ídolo es estar a su lado.

Esto no es todo en la vida de Rodrigo Romero

Con un disco de temas propios, Romero se propuso como objetivo darle un salto de producción que no es común en el género: romper con las estructuras. Se animó a fusionar el cuarteto con ritmos latinos y urbanos.

Contó que en estos tiempos de confinamiento estuvieron trabajando vía Whatsapp y además dijo que los temas que integran su disco tienen algo de especial y no tiene una favorita.