La ciudad entró en una curva creciente de contagios, con focos particulares en el ámbito judicial y portuario
Rosario parece haber dejado atrás la etapa más «controlada» del coronavirus y en la última semana ha entrado en una notoria aceleración de los contagios. Los elevados números de casos diarios despertaron inquietudes y la posibilidad de que se vuelva a una cuarentena más estricta ya no parece tan lejana. Sin embargo, el ritmo diario de la ciudad no mermó, sino que, por el contrario, la cantidad de personas en las calles sigue aumentando.
Desde hace varias semanas en Rosario se aprecia una cierta relajación social, con actitudes poco o nada responsables. Esto se puede ver reflejado, por ejemplo, en las diversas fiestas clandestinas que fueron registradas en las redes sociales. Además, muchos de los últimos contagios estarían relacionados con reuniones familiares o afectivas.
Por otro lado, mientras las violaciones a las normas de seguridad e higiene crecen, cada vez hay menos controles estrictos. Estos factores en su conjunto propician y fomentan el reciente crecimiento de la curva de contagios en la ciudad.
Contagios en el ámbito judicial
En este marco de aumento de casos de covid-19, en Rosario se comenzaron a registrar ciertas situaciones en el sector judicial relacionadas a la pandemia.
Hace unos días se conoció que la jefa de la guardia policial del Instituto Médico Legal (IML) dio positivo, y en las ultimas horas trascendió que una empleada de Tribunales no está yendo a trabajar y permanece aislada, dado que se especula que su novio contrajo el virus o estuvo en contacto con un covid-19 positivo.
Hasta el momento, desde Tribunales no brindaron información oficial.
Tripulantes aislados
Por otro lado, el operativo sanitario realizado en el barco ALP Catamarca fue «exitoso», según indicó el Ente Administrador Puerto Rosario. La embarcación, que estuvo varada frente a Arroyo Seco durante dos días, amarró en Rosario y los siete tripulantes fueron puestos «a resguardo».
De los siete tripulantes, tres dieron positivo en el test de coronavirus y el capitán, que presenta síntomas, está siendo estudiado y se lo estableció como un caso «indeterminado».
Los cuatro serán internados en distintos hospitales de la ciudad. Mientras tanto, otros tres trabajadores dieron negativo y serán alojados en la vecina localidad, donde cumplirán la cuarentena obligatoria.