El país se encuentra afectado por la nueva cepa y el primer ministro Boris Johnson asumió "total responsabilidad" sobre los fallecimientos, que fueron 1.631 en la última jornada
Más de 100.000 personas murieron de coronavirus en el Reino Unido, anunció este martes el primer ministro Boris Johnson, quien asumió «total responsabilidad» por las víctimas acumuladas a casi un año del primer deceso del brote de Covid-19 más letal de Europa.
Con el país enfrentado a una variante más contagiosa que ha disparado los contagios y sobrecargado hospitales hasta el límite, el Ministerio de Salud dijo que otras 1.631 personas murieron en las últimas 24 horas tras haber contraído la enfermedad.
Acusado de no haber tomado medidas más drásticas más temprano, Johnson dijo que lamentaba «profundamente» cada una de las 100.162 vidas perdidas hasta el momento en el Reino Unido por la Covid-19.
«Es difícil calcular la pena contenida en esa sombría estadística, los años de vida perdidas, las reuniones familiares a las que no se ha asistido y, para tantos parientes, la oportunidad perdida incluso de decir adiós», afirmó Johnson en conferencia de prensa.
Pese a que todo el país está completamente confinado, con las escuelas cerradas, desde hace semanas, los números descienden con mucha lentitud y los hospitales siguen desbordados frente al aumento de pacientes con síntomas graves.
El Reino Unido es el quinto país en registrar más de 100.000 muertes por coronavirus, luego de Estados Unidos, Brasil, India y México, aunque está mucho menos poblado que todos ellos.
Estados Unidos ya acumula más de 400.000 muertes por Covid-19, pero su población es de unos 330 millones, casi cinco veces la del Reino Unido.
El saldo de víctimas mortales también es inédito para la historia reciente del país.
La cifra de muertos por coronavirus en el Reino Unido ya es el doble más grande que la que dejó la ola de bombardeos de la Alemania nazi sobre territorio británico, el «Blitz», en 1940 y 1941.
También supera en 30.000 al número de civiles británicos muertos en los seis años de la Segunda Guerra Mundial.
La primera víctima de Covid-19 en el Reino Unido fue Peter Attwood, un jubilado de 84 años que murió el 30 de enero de 2020. Pero recién el 5 de marzo se confirmó que la causa de la muerte había sido coronavirus.
A casi un año de su muerte, miles de británicos lloran a algún ser querido y de a poco muchos están exigiendo que alguien se haga responsable de esta terrible cifra de víctimas.
En parte, la mortalidad se explica por factores de larga data propios del país como alta prevalencia de obesidad y enfermedad cardíaca, una gran desigualdad social y la naturaleza cosmopolita de Londres, una ciudad que recibe a millones de visitantes al año.
Pero las decisiones políticas también jugaron un rol muy importante.
El Gobierno conservador de Johnson y el premier en particular han sido criticados y acusados por muchos científicos por haber tardado demasiado en adoptar la primera cuarentena de marzo de 2020, cuando las infecciones crecían de manera exponencial.
Algunos de los epidemiólogos más famosos del país dicen que haber actuado una sola semana antes habría recortado la cifra de muertes a la mitad.
«Lamento profundamente cada una de las vidas que se han perdido y, por supuesto, como primer ministro, asumo total responsabilidad de todo lo que ha hecho el Gobierno», dijo Johnson en conferencia de prensa, informó BBC.
Como en otros países de Europa, los casos cayeron durante el verano del hemisferio norte, entre junio y septiembre, pero después despegaron de nuevo.
Una variante hasta un 70% más contagiosa y al parecer más letal identificada en el sureste de Inglaterra el mes pasado provocó una nueva suba de casos pero hasta niveles récord, lo que forzó un tercer confinamiento, pese a que el país ya estaba vacunando.
Johnson, quien se contagió de coronavirus y hasta estuvo en terapia intensiva en abril pasado, ha prometido realizar una investigación pública sobre el manejo de la pandemia, aunque no ha dicho cuándo comenzará.
La variante británica del coronavirus ya ha sido detectada en al menos 60 países y territorios a pesar de las crecientes restricciones impuestas a los viajes.
Enfrentado al aumento de casos, muertes y hospitalizaciones que ha provocado, el Gobierno británico ha centrado su estrategia en su masiva campaña de vacunación, iniciada el 8 de diciembre. Desde entonces ha inoculado a 6,8 millones de personas con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford.
Pero este ritmo podría verse amenazado por los retrasos en las entregas de las próximas dosis.
El recuento oficial incluye a personas muertas dentro de los 28 días posteriores a haber dado positivo por el virus.
La verdadera cifra de muertes por coronavirus, como en todos los demás países, seguramente es mayor, sobre todo por casos que no se contabilizaron al inicio de la pandemia.
La agencia de estadísticas británica ha informado que el número de muertos con partidas de defunción que mencionan la palabra coronavirus es de más de 108.000.