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Reino Unido defiende el uso de la vacuna de Oxford desarrollada por AstraZeneca


Varios países europeos suspendieron temporalmente su aplicación por preocupaciones sobre posibles efectos secundarios, algo que el gobierno británico y científicos ingleses rechazan 

El gobierno británico y los científicos del Reino Unido defendieron el uso de la vacuna de Oxford, desarrollada por el laboratorio AstraZeneca, después de que varios países europeos suspendieran temporalmente su aplicación por preocupaciones sobre posibles efectos secundarios, incluidos varios incidentes de coágulos de sangre en personas que la habían recibido.

Alemania, Francia, España e Italia detuvieron ayer la vacunación de su población para realizar más estudios, a pesar de que el regulador médico de la Unión Europea (EMA), insistió en que sus beneficios superan el riesgo de los efectos secundarios. Los Países Bajos, la República de Irlanda, Dinamarca, Noruega, Bulgaria e Islandia también suspendieron temporalmente el uso de la vacuna.

El primer ministro Boris Johnson dijo que «no había ninguna razón» para detener la vacunación, mientras que la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, aseguró que aceptaría ser inmunizada sin dudarlo cuando le toque su turno.

También el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, en declaraciones a la emisora radial LBC, subrayó esta mañana que está » muy claro» que la vacuna de Oxford-AstraZeneca es segura.

Raab insistió en que «la gente debería darse la vacuna porque está salvando vidas y agregó que su uso «está respaldado por el regulador de la UE y por la Organización Mundial de la Salud». “Respetamos a otros países que están pasando por sus procesos, pero el mensaje es muy claro, esta vacuna es segura y la gente debe dársela”, indicó.

El laboratorio AstraZeneca, por su parte destacó que 17 millones de personas en el Reino Unido recibieron una primera dosis de la vacuna y sólo se informaron 37 casos de coágulos de sangre.

En ese sentido, el regulador de medicamentos del Reino Unido (MHRA) y la OMS sostienen que no hay evidencia de un vínculo entre la vacuna y los coágulos.

Phil Bryan, director de vacunas de la MHRA, dijo que están revisando de cerca los informes, pero la evidencia disponible no sugiere que la vacuna sea la causa.

«Los coágulos de sangre pueden ocurrir de forma natural y no son infrecuentes. Se han administrado más de 11 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca en todo el Reino Unido, y la cantidad de coágulos de sangre notificados no es mayor que la cantidad que se habría producido de forma natural en la población vacunada», explicó.

Bryant describió la cifra como “muy pequeña” y confirmó que esto sugiere que las personas tienen más probabilidades de tener un coágulo si no tienen la vacuna que si la tienen. Dijo que el Reino Unido tiene «fuertes mecanismos de seguridad» tanto para aprobar la vacunación como para observar cualquier efecto secundario que pueda ocurrir.

En tanto, Silvestro Scotti, director de la Federación Italiana de Médicos de Familia, en declaraciones a la cadena de televisión Sky News, sostuvo que, «si se probara la correlación entre la vacuna y los coágulos de sangre, sería una tasa de 0,007 sobre mil».

«Por poner un ejemplo: la píldora anticonceptiva, que se usa ampliamente y no preocupa a nadie, tiene una tasa de riesgo comprobada de 0,6 sobre mil. Incluso en el peor de los casos, la relación riesgo-beneficio de esta vacuna es extraordinariamente favorable», afirmó.

También la epidemióloga Deepti Gurdasani, profesora principal de la Universidad Queen Mary de Londres, indicó a a Sky News que la interrupción se debe a una «gran precaución», pero que no hay evidencia que vincule las reacciones a la vacuna, aunque sostuvo que está de acuerdo con que si hay preocupaciones, éstas deben ser investigadas a fondo pero «rápidamente».

Mientras tanto, los expertos en seguridad de las vacunas de la OMS se reunirán hoy para revisar la vacuna de Oxford. Se estima que haya una resolución sobre el uso continuado de la vacuna Oxford-AstraZeneca el jueves.

El Reino Unido, el país europeo más golpeado por la pandemia, ya vacunó a más de 25 millones de personas y espera que para junio todos los adultos mayores de 18 años hayan recibido una primera dosis.