Por Gisela Gentile
La medicina tradicional nos fracciona y hace que veamos a nuestro cuerpo por partes. Decimos que tenemos tal o cual dolor e inmediatamente lo relacionamos a un órgano, músculo, hueso, etc. Enfocando hacía un sólo sector sin pensar por qué sentimos tal o cuál dolor.
Las terapias holísticas que tanto auge han cobrado en occidente en las últimas décadas son de vital importancia para cambiar de paradigma. Como bien lo dice el termino, hace referencia a un todo, en este caso poder concebir al cuerpo como uno y no una suma de partes. Desde esta mirada, las emociones, vivencias, estilos de vida tienen un impacto en nuestro cuerpo.
La reflexología es una terapia muy ligada a lo anteriormente mencionado. Sus inicios están ligados a civilizaciones de hace más de 5000 años, situada en lugares como Egipto, India y China. Hoy en día se lleva a cabo a lo largo y ancho del mundo en entidades públicas y privadas y en muchas ocasiones en forma interdisciplinaria con otras áreas.
Es una técnica natural destinada a equilibrar energías, estimulando el propio mecanismo de autocuración. La misma está basada en la existencia de puntos reflejos en diferentes partes del cuerpo que corresponden a los órganos y glándulas del organismo. Para conocer en profundidad sobre esta milenaria técnica, Con la Gente dialogó con la reflexóloga Lilian Carpio, con el fin de poder abordar los beneficios de la misma.
La reflexología podal otorga un estado de relajación muy profundo y beneficioso; “en los pies tenemos dibujados todo lo que es el cuerpo humano, ya sea la cabeza, estomago, corazón pulmones, hígado, columna vertebral, etc. Muchas veces se trabaja en un determinado sector según las dolencias del paciente o se puede realizar algo más general”, indicó la terapeuta.
“Es para todas las edades, incluso está muy recomendada para bebés, niños, adultos y ancianos, en el único caso que no puede realizarse es cuando el paciente tiene fiebre ya que los masajes activan mucho el sistema circulatorio y esto puede ser contraproducente con estados febriles y provocar efectos no deseados”, agregó.
En cuanto a quiénes se vinculan más con estas terapias, Carpio sostuvo; “por lo general tengo un flujo más fluido de mujeres, pero también existen muchos hombres que eligen esta forma para equilibrar su cuerpo. Particularmente formo un vínculo con el paciente con el fin de crear un clima armonioso y de tranquilidad. Están las personas que dialogan durante la sesión sobre problemas o situaciones que padecen y otras que no. Las mismas pueden realizarse sobre una camilla o sentado y utilizar agregados como esencias, música, velas, etc”.
“El primer cambio que se siente está asociado a la parte circulatoria, ligada a la presión que ejercemos en determinados lugares con los masajes. Teniendo continuidad con las sesiones el cuerpo experimenta un cambio muy favorable. Por lo general hago la aclaración que la reflexología no es para relajarse, sino que está relacionada con el alivio y activación de los diferentes sistemas que nos componen. Todo ese bienestar influye directamente en nuestra salud”, comentó la reflexóloga.
Para cerrar la charla Carpio relató una experiencia que la marcó mucho en su carrera; “aquí en Rosario conozco hospitales que trabajan de manera mancomunada con reflexólogos en el área de oncología, lo cual me parece muy bueno. En mi caso particular tuve una paciente que comenzó sesiones por recomendación de su médico, ella se realizaba la quimioterapia y luego pasaba por mi box. La joven tuvo una gran experiencia la cual le resultó muy beneficiosa y finalmente logró curarse. Obviamente que la medicina tradicional hizo gran parte, pero considero que haber equilibrado su cuerpo colaboró mucho en su recuperación. Hoy goza de plena salud lo cual es muy gratificante”, concluyó.