En diálogo con CLG, Jorge Bártoli, referente de la ONG "El Paraná no se toca", analizó la situación actual en la zona tras nuevos focos de incendios en los humedales
Por Sofía Dalonse
En los últimos días, volvió a divisarse en Rosario la presencia de gran cantidad de humo, producto de nuevos focos ígneos en las islas. En diálogo con CLG, Jorge Bártoli, referente de la ONG «El Paraná no se toca», dio detalles del panorama actual y analizó la situación la cual, desde su perspectiva, continúa siendo muy crítica.
Al referirse al tema manifestó: «Lo que está ocurriendo en las últimas horas no es demasiado diferente a lo que venimos padeciendo desde hace dos año y pico. Si nos referimos a las cifras, en lo que va del 2022 se han quemado en el territorio denominado piecas, que se extiende desde la ciudad de Santa Fe trazando una línea con Paraná hacia el sur, por lo menos 60000 hectáreas «, lo que representa, según explicó, aproximadamente 3,3 veces una superficie de la ciudad de Rosario, para tener una idea de la magnitud.
En este marco, señaló que la situación hidro y meteorológica no favorece el contexto: «Estamos en una etapa muy escasa de lluvias. El invierno es el momento más crítico para los incendios y el repunte del río Paraná, sabiendo que cuando ingresa el agua al territorio del humedal actúa como corta fuego, en este sentido ha sido escaso».
Y explicó: «Se estima que en nuestra zona ,el río empieza a cubrir el valle de inundación cuando alcanza una altura de 2,5 metros. En Rosario llegó a 2,19 m y ya empezó a bajar nuevamente; la recuperación ha sido muy corta, muy breve y no alcanza a generarse los cortafuegos necesarios», dijo.
Por otra parte, sostuvo que el otro «cortafuego» no natural debería ser la Justicia: «En medio de la crisis de 2020 se desató una verdadera tormenta judicial, con denuncias que no han llegado absolutamente a nada ya que hasta el momento no hay nadie procesado ni detenido después de dos años y pico de incendios», expresó y destacó que se superó largamente el millón de áreas quemadas.
En este sentido, consideró que el dato principal es , valga la redundancia, la falta de datos: «Las cifras exactas no están, porque desde el Ministerio de Ambiente dicen que no es un dato relevante; quienes estamos permanentemente en las islas somos conscientes que ha ocurrido un verdadero desastre ecológico con una masiva perdida de biodiversidad».
Consecuentemente, según calificó Bártoli, el panorama es desalentador y muy preocupante: «No hay estudios serios que investiguen lo que está ocurriendo con esa pérdida y eso es una situación muy alarmante».
En términos generales, según señaló el referente de la ONG rosarina, hay un esfuerzo por generar mayor masa crítica de organismos destinados a combatir el fuego y, al mismo tiempo, una «monumental» cantidad de dinero destinada en estos organismos: «La plata que se está gastando en medios aéreos, aviones, helicópteros, brigadistas; es una cosa inconmensurable que se podría destinar a hacer trabajos de prevención u otros tipos de tareas para no llegar a este tipo de crisis».
Asimismo, al referirse a las causa judiciales, remarcó que uno de los principales denunciantes por el tema de los incendios y este problema socioambiental es la Municipalidad de Rosario: «No hay ningún tipo de información pública oficial sobre el estado de avance de estas causas porque la realidad es que no hay avances. Extraoficialmente sabemos, por ejemplo, que hay causas que cambiaron de fiscal tres veces, por lo tanto las investigaciones vuelven prácticamente a foja cero».
Y concluyó: «Esto da cuenta de cuáles son las limitantes del Estado y los organismos públicos para controlar estos eventos, medir las reales consecuencias en relación al ecosistema y establecer criterios de recomposición, como es el caso de buscar la manera de favorecer la recomposición de las áreas quemadas; nadie habla de estos temas».