Así lo indicó la rosarina María Cecilia Quaglino, ingeniera ambiental, líder de Climate Reality América Latina y delegada argentina en Change Conference of Youth, en la conferencia de juventudes previa a la COP26
Por Gonzalo Santamaría
Los humedales del Delta del Paraná volvieron a arder este fin de semana. El sábado los intensos incendios hicieron que el cielo rosarino desprendiera una «lluvia» de cenizas que no dejó a vecino por perjudicar. Estas quemas en las islas se vienen intensificando desde el 2020, sumado a la bajante histórica del río Paraná, y las acciones parecieran nunca alcanzar para detener este flagelo que daña al ecosistema y a la salud de los vecinos. «Como sociedad civil no queremos que esto sea el paisaje normal de la ciudad», señaló la rosarina María Cecilia Quaglino, ingeniera ambiental, líder de Climate Reality América Latina y delegada argentina en Change Conference of Youth, en la conferencia de juventudes previa a la COP26.
El terreno de los humedales del Paraná -argumentó Quaglino- «quedó expuesto y hace que cualquier incendio que se inicie, porque sabemos que son intencionales, avance mucho más fuerte».
Para la activista, «la política no ha sabido tratar este tema con la urgencia que esto requiere» y apuntó contra los «caminos sumamente burocráticos» para controlar los incendios, sumado a que «los recursos no están llegando como para controlar el fuego cuando empiezan a ocurrir».
«La voluntad política, los recursos y la gestión que se hace sobre estos lugares como el Humedal se tienen que tomar en serio para preservarlo. Hay faros pero no controlan los siniestros», agregó Quaglino.
Lo que se vivió el fin de semana en Rosario renueva el pedido de la necesaria «Ley de Humedales», que perdió estado parlamentario a principio de año sin pasar por el tratamiento de las comisiones. «Vamos a seguir impulsando la Ley de Humedales porque vemos que es necesaria en la región y en todo el país, pero mientras tanto esa discusión ocurre en los espacios parlamentarios tenemos que seguir reclamando por acciones inmediatas cuando el fuego está encendido y nos está quemando», arremetió la ingeniera ambiental.
En cuanto a su participación y la de Argentina en la COP26 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) que se dio en 2021, Quaglino recordó que Alberto Fernández firmó un acuerdo para evitar la deforestación y sugirió que «lo lógico sería reclamarle que ese compromiso no sea palabra muerta en un acuerdo internacional para una foto, sino que se ponga en acción y que realmente haya una política de estado que defienda los ecosistemas naturales, como el de los Humedales, que son reservorios de dióxido de carbono fundamentales para esta crisis ecológica».
«La política de estado no está alineada con ese compromiso, sino que está más ligada a un modelo de desarrollo que bien lo reveló Batakis al decir que hay que ampliar la frontera agropecuaria y habló puntualmente de los bajos submeridionales de Santa Fe. Se hace más espacio para seguir haciendo más granos y carnes para la exportación y ampliando más las brechas sociales y vemos las consecuencias en temas de conflictos socioambientales», esgrimió la activista.
View this post on Instagram
En esta línea, instó a la población a «repesar» el consumo de proteína animal porque «claramente la ganadería está detrás de los incendios» en el Delta y manifestó: «No hay espacio físico en nuestro planeta para seguir consumiendo las cantidades de carne que pretendemos. Sin lugar a duda hay que hacer una transición alimentaria hacia modelos más sostenibles».
Por otro lado, también mencionó la campaña anual de «Julio Sin Plástico», con la idea de concientizar sobre el uso de este material. «Es una iniciativa que está vigente hace 10 años y que busca cuestionar nuestros vínculos con los plásticos y tratar de buscar nuestra mejor manera de desplastificar nuestras vidas«, apuntó la joven y dio consejos para mejorar nuestro consumo de este producto que daña al medioambiente: «Uno puede ser llevar un vaso termino en ves de comprar descartables, utilizar más tupper, bolsitas de tela en lugar de plásticos, entre otros».
«Es un desafío que desde lo individual podemos llevar adelante para hacer pequeños grandes plásticos en cuanto a la contaminación», concluyó Quaglino.