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Proyecto Nidos: la cruda realidad del asentamiento Cullen y la ayuda de la ONG


CLG dialogó con Mariana Segurado, directora de la institución solidaria de Empalme Graneros, quien relató la dura situación que atraviesa el barrio

El Proyecto Núcleos Inclusivos de Desarrollo Óptimo Sustentable (Nidos) es un centro ubicado en el asentamiento Cullen, en el barrio Empalme Graneros, que trabaja tanto con niños como adultos, brindando apoyo escolar, capacitación de oficios y prevención de adicciones, entre otras ayudas. Sin embargo, por el impacto de la pandemia la ONG tuvo que volcar sus esfuerzos a un apoyo más asistencialista, ante las marcadas necesidades que se sufren en el barrio. En ese sentido, CLG dialogó con Mariana Segurado, directora de Nidos, quien habló sobre la la labor que llevan adelante y la dura realidad que atraviesan las familias del asentamiento.

En primer lugar, Segurado contó cómo la pandemia afectó a los talleres que brindan desde Nidos: «Todo lo que es talleres y apoyo escolar lo estamos haciendo a media máquina. Tratamos de no juntarnos, pero es tanta la necesidad. Los chicos tienen casas muy precarias y su patio es la calle. Entonces, antes de que los chicos estén todo el día en la calle, abrimos la institución y los recibimos en distintos horarios en las distintas actividades tomando todas las precauciones. Por suerte no se ha contagiado nadie aún, así que estamos contentos».

Además, la coordinadora destacó el trabajo realizado durante el 2020 en torno al contexto: «El año pasado desarrollamos mucho la prevención, fuimos casa por casa entregando kits de higiene, enseñando cómo se lavan las manos. Fue algo que sirvió porque hay muy pocos contagios en la barriada donde trabajamos».

Si bien el foco principal de la ONG es la educación y la capacitación, la pandemia obligó a poner el foco en otro aspecto: «Estamos metiéndole mucha fuerza a todo lo que es comida. Nosotros recibimos del Banco de Alimentos de Rosario y un refuerzo que la Municipalidad le está dando a todas las organizaciones. Al BAR le pagamos, pero del refuerzo se encarga el Municipio. Eso nos alcanza para dar cena y merienda dos veces a la semana, y hacemos un bolsón por mes para las familias más necesitadas».

Además, relató la realidad que se vive en el asentamiento Cullen: «Acá en el barrio la gran mayoría todavía cartonea o son vendedores ambulantes. Es todo precario el trabajo que hay. Es desesperante. Hacía mucho tiempo que no veíamos tanta necesidad. Se fue gastando la ropa, el calzado y lo poquito que pudieron adquirir en este tiempo lo tuvieron que vender. Todo se fue perdiendo como arena entre las manos porque hay que comer, hay que sostener la familia».

«Los chicos se bañan con agua fría. Hace dos años que arrancamos con el proyecto de tener un baño comunitario y no lo podemos terminar. Tratamos de revertir estas situaciones en la medida de lo posible. Nuestro objetivo es la educación, pero ¿cómo sostengo la educación si vienen descalzos, con frío y con hambre?», agregó.

En las últimas horas se volvió viral una foto publicada por Segurado que refleja el crudo presente de los barrios vulnerables: un niño que fue a Nidos a buscar su merienda completamente descalzo. La imagen fue publicada en el marco de la colecta de medias que impulsan desde la ONG: «Quizás la clase media está muy corta de recursos y eso hace que los eslabones que siempre nos han ayudado estén más finos. Entonces para el que no tiene medias y tiene frío, un par de medias es una bendición. Por eso pedimos medias, sin importar si son de colores distintos. Además, aquellas medias que no se usen para abrigar, las vamos a utilizar en un proyecto para hacer muñecas. La idea es después ponerles una etiqueta y buscar una colaboración vendiéndolas a un valor simbólico».

 

Por último, además de alimentos, la ONG también recibe frazadas, estufas y todo tipo de ropa y abrigo, para repartir entre las familias: «Necesitamos ropa y abrigo: pulóveres, sacos, camperas, lo que tengan. A nosotros nos sirve un montón. Si tienen algo que esté roto, no importa, nosotros lo cortamos y lo hacemos frazadas. Necesitamos ropa de todos los talles. No importa que esté roto, pero sí que esté limpio».