Por una orden judicial, los bienes existentes en un predio de la zona sur quedaron a disposición de la nueva Agencia de Decomiso y se están compactando. Los fondos recaudados serán destinados a fines sociales y otros donados a entidades civiles.
Este sábado, el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, y el secretario de Gestión Pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Matías Figueroa Escauriza, de quien depende la flamante Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad), participaron de la etapa final de la compactación que se lleva adelante en un megadesarmadero ilegal de Rosario, ubicado en Ayacucho al 4400, cuyas piezas fueron incautadas por la justicia penal.
Se calcula que tras la compactación quedarán disponibles unas 200 toneladas de metal, por los que el gobierno provincial percibirá fondos a destinarse con prioridad a escuelas, hospitales y clubes de barrio. En tanto trece motores van a ser donados a escuelas técnicas, para mejorar sus talleres y darles mayores herramientas de aprendizaje a los alumnos, y un auto de colección (marca Chevy, de los 60) se donará a un museo para que lo restaure y lo exhiba.
En este contexto el ministro Maximiliano Pullaro destacó: “como ya lo venimos haciendo, nosotros vamos por los bienes que tiene la ilegalidad, y que tiene el delito en la provincia de Santa Fe, en este caso, estas autopartes. Que por supuesto el Estado no tiene la capacidad de venderlas, pero si de compactarlas y de donar ese dinero a instituciones de bien, fundamentalmente a la educación. Somos la primera provincia que les saca los bienes al delito y los pone a disposición de instituciones de bien o instituciones educativas”.
“Con esta acción le seguimos pegando al delito donde más le duele, que es en su poder económico», planteó Figueroa Escauriza. “Para que todas estas piezas no vuelvan al circuito ilegal las vamos a compactar, de esa manera no quedará rastro del delito», explicó. En cuanto a lo que se obtenga de ese proceso, el funcionario del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos fue taxativo: “Se comprarán elementos para escuelas públicas de Rosario, para dárselas a los estudiantes, por ejemplo computadoras o tablets».
“Vamos a seguir haciendo controles en todo lo que son desarmaderos, fundamentalmente para combatir la ilegalidad, con una decisión política muy clara en función de la línea que nos marca el gobernador Miguel Lifschitz, que es avanzar contra el delito y avanzar contra el delito complejo” agregó el ministro Pullaro.
A esto se suman las subastas de automotores que se harán a principios de octubre en el marco de la Aprad y las cuatro casas expropiadas en Melincué, que pertenecían a una red de prostitución y en junio pasado fueron escrituradas a nombre de la provincia. “Esos inmuebles están valuados en dos millones de pesos y serán utilizados con fines sociales”, ilustró Figueroa Escauriza.
En el caso del desarmadero rosarino, los automotores que estaban en proceso de desguace y las autopartes ya retiradas de los vehículos fueron decomisadas por la justicia provincial, por lo que se dio intervención a la Aprad. La Agencia, inaugurada en julio, se hace cargo de la custodia y destino final de los bienes decomisados. “Elementos como éstos, producto del delito, y que se encuentran bajo la órbita del organismo, van a ser en su mayoría destruidos a través de la compactación o posterior fundición, lo cual posibilita sean reutilizados como materia prima en la industria del metal”, abundó el secretario de Gestión Pública.
La empresa que realiza los trabajos de limpieza y separación de residuos, corte, compactación y transporte de los bloques de chatarra al destino de disposición final, donde serán fundidos y reutilizados en nuevos procesos productivos, paga al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos por esa materia prima. Se estima que entre los bienes incautados en este desarmadero ilegal había 220 chasis y 200 mil autopartes.