El pasto de a poco se convirtió en tierra. El paso del tiempo deja su huella. Las suelas marcadas, las paredes despintadas, los postes de luz martillados a pelotazos y una réplica del General Belgrano que todavía sobrevive. La primera plaza del país en llamarse 2 de Abril, en honor a los caídos de Malvinas, tiene su hueco en Granadero Baigorria.
Nombrada así gracias a vecinos que se comprometieron en homenajear a los héroes que debieron batallar en las islas, tuvo su inauguración en julio de 1982, a pocos días del final de la guerra.
Fue entonces la primera plaza del país en llevar el nombre “2 de Abril” y es una cuestión de orgullo para los baigorrienses, que año tras año realizan una concurrida vigilia, con música, mates y mucha historia.
CLG dialogó con quien es palabra autorizada cuando de Granadero Baigorria se habla: el historiador Raúl Zavattero, quien rememoró los coletazos instantáneos de la guerra, a la que calificó como “una verdadera locura”, y puso especial énfasis en recordar a cada vecino que colaboró y aportó lo suyo para que la plaza sea hoy un espacio histórico, tanto para la región como para el país.
“Todo ocurrió prácticamente en plena guerra. Un mes después de que finalizara la misma, el espacio tomó el nombre de 2 de Abril gracias a varios vecinos que trabajaron y mucho para que eso sucediera, y no siempre son recordados”, esgrimió.
Sentado cómodamente en el sillón de su living, de pronto se levanta y desaparece de la escena. Segundos después, regresa con una carpeta que denota antigüedad. En su interior, hojas amarillentas. Documentos que cercioran que la plaza, en efecto, cuenta con décadas de existencia.
Invitaciones a vigilias, varias cartas y hasta un seguimiento manuscrito y minucioso de la gesta, donde se detallan hasta los horarios en los que sucedieron los distintos puntos de inflexión. Por ejemplo, entre sus líneas puede leerse que el ARA General Belgrano fue hundido a las 16.24 del 2 de mayo de 1982, producto de dos torpedos: uno que impactó en la proa y otro que lo hizo en la popa.
Raúl Esteban, Hugo Bruera, Oscar Correa, Juan Carlos Vila, Héctor Villarruel, Abel Marinozzi y Juan Carlos Pinillos, entre tantos otros. Todos son nombrados por Zavattero, y augura que sean recordados como los hacedores de la histórica plaza, ya que muchos fallecieron.
“Baigorria le debe este espacio a la ciudad deportiva de Central (ubicada a metros), ya que cuando se hizo el loteo se debía dejar una porción de verde. Y todo comenzó cuando el grupo de vecinos, liderado por Raúl Esteban (presidente de la Asociación 2 de Abril), hizo una réplica de cemento del ARA General Belgrano en una esquina de la plaza”, en la que hoy en día se cruzan las calles Rosario y Corrientes.
“En el medio del barco estaba el mástil. Más tarde en esa esquina se construyó el correo, por lo que la nave debió quitarse de ese lugar y se hizo una nueva prácticamente a mitad de cuadra”, relató el ex presidente del Concejo de Granadero Baigorria. Hoy en día, entonces, la plaza se encuentra entre el mencionado correo y la Escuela Nº 550.
En cuanto a las vigilias, comentó que varios vecinos paseaban por la ciudad repartiendo invitaciones, boca a boca y puerta a puerta. Llegaba el 1º de abril y todos se congregaban para pasar allí varias horas “con las clásicas tortas fritas con mate cocido y, por la noche, el típico arroz malvinero”.
“A veces se juntaban muchas personas. A veces, pocas. Venían soldados de Fray Luis Beltrán y algunos ex combatientes. Se hacían distintos homenajes. Había una viuda y una madre de caídos en la guerra que venían y se les regalaban plaquetas y ramos de flores”, expresó.
Pedazos del General Belgrano, también en Baigorria
Por la relación que Zavattero mantenía con Raúl Esteban, fallecido en 2002, este último le obsequió dos objetos que habían sido extraídos del General Belgrano, antes de la guerra. Una campana y un telégrafo, dos reliquias de antaño que dan cuenta de la tecnología con la que contaban los soldados argentinos.
Un espacio contra la violencia de género
En uno de los sectores de la plaza se exhibe un colorido mural en el que se hace alusión a la violencia de género. «Si te pasa a vos, nos pasa a todas», reza el dibujo. En él, a un costado, varios nombres de mujeres víctimas de femicidios pueden leerse en la pared.
