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Planifican las fiestas con barbijo, distanciamiento y sin encuentros multitudinarios


Especialistas recomiendan que las reuniones sean al aire libre y con un número reducido de personas

Infectólogos reiteraron que las reuniones sociales para las Fiestas de fin de año deben ser al aire libre o en ambientes cerrados bien ventilados, con barbijo, respetando la distancia social y evitando compartir vasos y cubiertos, mientras que las familias evitarán ver parientes lejanos y tratarán de reducir la cantidad de gente en un mismo espacio.

Los especialistas insistieron sobre los cuidados sanitarios de la disposición oficial que rige hasta hoy en día en la mayor parte del país realizada por el Ministerio de Salud de la Nación que establece reuniones sociales de no más de 10 personas y al aire libre, con distanciamiento social y barbijo.

«Lo razonable sería mantenerse en grupos pequeños, obvio que depende mucho de las familias de cuánto es mucho o poco, todo va a ser muy artesanal y a criterio de cada uno. Preferentemente al aire libre, aunque por supuesto a veces no es factible para todos. Si es un lugar cerrado tiene que estar con ventanas abiertas, tratar no usar el aire acondicionado, que corra el aire», dijo a Télam Lautaro De Vedia, infectólogo e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

«Me parece exagerado que cada uno se lleve su comida, pero sí marcar los vasos y los cubiertos. Hay que extremar las medidas de precaución, no dejar de verse, pero sí usar bien el barbijo y mantener la distancia social», aseguró De Vedia.

La infectóloga Leda Guzzi recomendó en los encuentros «mantener la distancia de un metro y medio y que el barbijo solo se retire cuando se va a comer o beber, después hay que volver a ponérselo, es clave».

«Es importante evitar en estas reuniones cantar, gritar, bailar porque no se puede en este momento. Estas actividades favorecen la eliminación de microgotículas o aerosoles que pueden permanecer más tiempo en el aire y pueden producir un evento de contagio», alertó la profesional.

Guzzi desestimó que haya que hacer «burbujas sociales» o cuarentenas antes de ver a los familiares pero llamó a «fortalecer las medidas de cuidado y tratar de que las reuniones no sean de más de 10 personas que es lo recomendado».

Los infectólogos destacaron que los casos de coronavirus «están en descenso» pero que no hay que relajarse con las medidas sanitarias.

«Los casos están en descenso, pero no nos tenemos que relajar. Es una realidad distinta ahora que en junio o julio. La cuestión climática ayuda, pero son momentos donde nos juntamos mucha gente entonces hay que seguir con las precauciones», aseguró De Vedia.

Como balance de la pandemia en Argentina, el infectólogo opinó que «hubo muchos casos y se testeó poco, pero el lado positivo fue que los muchos casos fueron muy estirados en el tiempo, fue muy lento y paulatino, y eso permitió que el sistema de salud no se colapsara y se pueda atender a todo el mundo».

«Tal vez la cuarentena fue víctima de su propio éxito. Venía muy bien al principio y no nos animamos a tocarla, faltó un poco más de audacia en algún momento. Lo digo particularmente por los chicos», reconoció.

Por su parte, Guzzi afirmó que la pandemia en el país «fue de la mejor manera de la que podía ser en el escenario que nos encontró, con un sistema de salud totalmente devastado».

«Ningún sistema de salud del mundo estaba preparado para una contingencia epidemiológica a esta escala, por lo tanto acá se hizo una preparación del sistema de salud en tiempo récord y la cuarentena sirvió para ganar tiempo y lograr esa preparación. Si eso no hubiera existido la mortalidad hubiera sido inmensamente mayor», indicó la infectóloga.

A partir de la situación epidemiológica, las familias optaron por armar planes para Navidad y Año Nuevo menos multitudinarios y con medidas de seguridad.

«Todos los años nos juntamos con mi familia que viven en distintas localidades como Pueblo Esther, Villa Constitución y Villa María y somos como 30 personas. Este año cada uno lo va a festejar en su ciudad, así que vamos a ser 5 nada más», contó a Télam Antonela Oppedisano, que es psicóloga y vive en Rosario, Santa Fe.

«Vamos a cenar al aire libre y no vamos a ir a la casa de amigos después del brindis, nos vamos a quedar en nuestra pequeña burbuja», agregó.

«No es que no se permite festejar, es encontrarle la vuelta con las personas más cercanas para mantener el menor contacto posible», aseguró Oppedisano y manifestó que «la pandemia hizo revalorizar los vínculos».

Osvaldo Pedemonte, que trabaja en una empresa láctea y vive en la localidad bonaerense de Castelar, contó que «vamos a poner una mesa bien larga para separar a la familia para poder comer sin estar encimados y mantener el metro y medio de distancia».

«Solamente el que esté cerca de la comida va a servir así no hay circulación de gente. Nos vamos a saludar con el codo, ofrecer alcohol en gel y mantener un seguimiento del baño, que tiren desinfectante cada vez que lo usan», aseguró sobre las medidas higiénicas y agregó que «vamos a comer comida que se pueda servir de a porciones para que no haya mucho manoseo y vamos a tomar gaseosas individuales»