El juez del Tribunal Oral en lo Criminal 8, Javier Anzoategui, negó este jueves tener intención de retrasar el juicio oral que investiga la muerte de la periodista y legisladora porteña Débora Pérez Volpin, ocurrida en un centro de salud en febrero de 2018, y dijo que el inicio de ese proceso está previsto para el 22 de julio «si no, antes».
Anzoategui, quien en forma unipersonal interviene en la causa, rechazó haber perdido la imparcialidad o tener «enemistad manifiesta» con los letrados de la querella, entre ellos Diego Pirota, quien había pedido apartar al magistrado del caso que investiga homicidio culposo al endoscopista Diego Ariel Bialolenkier y la anestesista Norma Inés Puente.
En su «informe» dirigido a la Cámara de Casación en lo Criminal y Correccional, que debe decidir si el juez permanece a cargo de la causa, Anzoategui recordó que el inicio del juicio está previsto para el 22 de julio y agregó que analiza adelantar la fecha del debate.
El informe mencionó que hace dos días la Corte Suprema de Justicia de la Nación desestimó un recurso de la defensa de Bialolenkier contra la decisión de Anzoategui que rechazó una «probation» (suspensión del juicio a prueba).
«El rechazo de la suspensión del juicio a prueba respecto del imputado Diego Bialolenkier ha quedado firme, con lo cual, el juicio oral puede llevarse a cabo en la fecha fijada -22 de julio de 2019- si no, antes», expuso Anzoategui.
El juez lamentó «las expresiones del abogado de la querella, Diego Pirota, en medios de comunicación por las cuales ha pretendido descalificar mi actuación en el proceso, señalando que no quería llevar a cabo el juicio y que había realizado toda clase de maniobras para dilatar el trámite de la causa».
El magistrado acotó que esas expresiones «no resultan agradables para nadie, pues a nadie le gusta ver su nombre difamado» pero negó que tal circunstancia le genere un sentimiento de enemistad manifiesta contra el letrado.
«Nuestro Señor Jesucristo, de quien presumo ser un indigno seguidor nos exhorta a los católicos a amar a nuestros enemigos, de modo que, aunque más no fuera por esta razón, no podría sentir odio por el abogado Pirota», expresó el juez Anzoategui.
Asimismo, sostuvo que Pirota «no ha cesado de propalar falsedades y diatribas acerca del trámite del proceso en cuanta oportunidad tuvo».
El magistrado hizo una reseña de su intervención en la causa desde que el expediente fue elevado a la etapa plenaria hasta el 11 de junio, cuando «se tomó noticia» del fallo de la Corte ante recurso de queja presentado por la defensa de Bialolenkier.
El juez consideró que la conducta procesal de la querella «resulta verdaderamente extraña, pues cuando todos los obstáculos legales que impedían celebrar el juicio habían sido superados, cuando la fecha de audiencia estaba fijada en forma definitiva, pues bien, justo en ese momento, plantea mi recusación, con lo cual vuelve a poner en cuestión la realización del debate» y dijo eso generó «esta absurda situación».
«Tal vez el abogado Pirota pretenda que en el juicio intervenga un Tribunal sensible a la presión mediática. Tal vez su objetivo sea colocar en mi lugar un Tribunal que le garantice la condena de los acusados», destacó el juez.