Opinión

Peleamos contra un enemigo invisible


Por Juan Pablo Stagnaro (*)

La pandemia esta azotando fuerte en varios de los municipios de la provincia de Buenos Aires y Florencio Varela no es la excepción.

El personal de salud agotado sigue dejando todo. Tanto es así, que esta semana que pasó atendió a más de 400 personas, de las cuales aproximadamente la mitad fueron confirmadas por Covid-19, sea por la Reacción en cadena de la polimerasa o el test rápido de antígenos, ambos previo hisopado nasofaríngeo o por criterios clínico-epidemiológicos.

Si bien el bien más preciado actualmente es el oxígeno, debido a las gestiones pertinentes logramos no depender más de los tubos de oxígeno, sino que actualmente, desde hace dos semanas tenemos oxígeno central.

Eso, más la articulación entre primer nivel de atención y las derivaciones oportunas al Hospital Modular dependiente de la Unidad de Pronta Atención Número 11, evitaron un colapso del sistema: pasamos de 18 camas ocupadas en su momento máximo en este pico a un promedio de 14 camas ocupadas.

Si bien tenemos dos personas diarias en Asistencia Respiratoria Mecánica, la mortalidad no es distinta a la publicada por otros centros de la provincia de Buenos Aires.

Es preocupante la probabilidad de la diseminación de la cepa P1 (conocida también como la cepa de Manaos), por la mayor transmisibilidad.

Estamos claramente en una curva estabilizada a nivel país con valores muy altos de contagios, y todos vemos diariamente la capacidad que tiene este virus para agotar las camas, sea generales y de terapias intensivas.

Si bien la campaña de vacunación, a mi criterio, viene con buen ritmo (al 12 de abril se habían aplicado un poco más de 5.000.000 de dosis en cuatro meses, sumando casi un millón de dosis esa última semana) la velocidad de propagación del virus es mucho más rápida.

Les quiero recordar, para aseverar esto último, que en 2019 Argentina compró 10.000.000 de dosis de vacunas contra la gripe para toda esa estación.

Estamos peleando contra un enemigo invisible, por eso decimos que es un momento crítico donde debemos seguir cuidándonos y cuidando a los que queremos: lavándonos las manos, manteniendo distancia y principalmente usando correctamente el barbijo.

(*) Médico Infectólogo del Hospital «Mi Pueblo» de Florencio Varela