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Pedro Cahn y el coronavirus: «Rosario ya apretó el botón rojo»


El infectólogo, uno de los asesores del Presidente, puso a la ciudad como ejemplo a la hora de analizar la ocupación de camas críticas. Y fue por más: "¿Cuántos muertos estamos dispuestos a aceptar?"

El infectólogo Pedro Cahn, uno de los asesores del Comité de Expertos del Ministerios de Salud, definió hoy como «crítica» la situación que atraviesa la Argentina en relación a la pandemia de coronavirus, apeló a la responsabilidad individual, remarcó la importancia del aislamiento y rastreo de contactos y se preguntó: «¿Cuántos muertos estamos dispuestos a aceptar?». Además, el médico dijo que «Rosario ya apretó el botón rojo», en relación a la marcha atrás que se dio debido a la ocupación de camas críticas.

«Estamos en un momento crítico porque tenemos un crecimiento importante en el número de casos, un aumento de personas fallecidas con la población muy cansada y con una parte de la sociedad haciendo campaña abierta en contra de las medidas de control», sostuvo Cahn en diálogo con Télam.

El Ministerio de Salud informó esta mañana que en el país hay notificadas 10.179 personas fallecidas por coronavirus, con un promedio diario de 10.039 nuevos contagios durante la última semana.

En este contexto y con el foco tanto en lo que ocurre en la Argentina como a nivel mundial, Cahn sostuvo que «estamos frente a un terremoto, frente a un tsunami, porque tenemos una situación totalmente violenta, imprevista, masiva a gran escala en la cual estamos inmersos, de la que no tenemos información previa y de la que no sabemos cómo salir ni si se va a repetir o no, como de hecho vemos que está pasando en España o en Francia».

«Es un estado de conmoción que explica que muchas personas estén confundidas y cansadas, hay problemas económicos; es decir, hay muchas dificultades que ha generado la pandemia, no la cuarentena», sostuvo el infectólogo, quien es además director de la Fundación Huésped.

Para Cahn, «es un momento en el que hay que ser muy empático con las personas, tratar de entender».

Fiel a su estilo concreto y didáctico, apeló a otra comparación para describir el escenario actual y la respuesta individual: «Hagamos de cuenta que se nos está quemando la casa, podés hacer tres cosas: no hacer nada, ayudar a apagar el fuego con arena y agua o acercar madera y papel para que el incendio sea mayor».

Y continuó: «Lo ideal es que todos tiremos agua y arena, pero creo que tenemos muchas personas que están en una situación pasiva, no dándose cuenta de la importancia que tiene la responsabilidad individual en esto, y tenemos un pequeño grupo que está acercando papel y madera».

«Cada uno de nosotros tiene que reflexionar, creo que la pregunta es: hasta que tengamos una vacuna efectiva, ¿cuántos muertos estamos dispuestos a aceptar? ¿cuántos enfermos? ¿cuántas unidades de terapia intensiva colapsadas, cuántos médicos, kinesiólogos o enfermeros agotados?», cuestionó.

En ese contexto, pidió «pensar si queremos ser un eslabón en la cadena de trasmisión o un muro que impida que la gente se infecte».

La ocupación de las unidades de terapia intensiva es del 61,9% a nivel nacional, pero en las provincias de Río Negro, Jujuy y Tucumán supera el 80% «con localidades y zonas donde la tensión es mayor», lo mismo que sucede en Salta y Mendoza, que superan a nivel provincial una ocupación del 75%, de acuerdo a los datos oficiales.

Si bien no todos los centros de salud del Área Metropolitana de Buenos Aires tienen el ciento por ciento de ocupación, (el promedio es de 67,8% en las camas de las unidades de terapia intensiva), la región presenta un porcentaje alto sostenido hace tiempo.

«Eso genera una tensión en el trabajo de todo el personal», sostuvo la semana pasada la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, señalando así que no sólo hay que mirar la cantidad de camas ocupadas para evaluar la situación sanitaria.

Ante ese escenario, consultado sobre el «botón rojo», Cahn señaló que «Rosario ya apretó el botón rojo y Mar del Plata también volvió para atrás con la apertura de los bares; es decir, no hay un botón rojo que aplique a Catamarca y a La Matanza al mismo tiempo porque son realidades completamente distintas».

Frente a este contexto federal, el infectólogo sostuvo que «hoy más que nunca el rol de los gobernadores y de los intendentes es clave, porque son ellos quienes deben evaluar sus realidades y porque tienen que aplicar políticas de rastreo de contactos».

«Eso no se puede hacer desde Nación, aunque se estén mandando refuerzos a las provincias más complicadas. Es fundamental generar mecanismos locales, identificar los casos sospechosos, aislarlos aún antes de que tenga el hisopado positivo, buscar contactos estrechos de esos casos sospechosos y aislarlos también y de esa manera cortar la cadena de transmisión, esto más allá de la responsabilidad de cada uno», concluyó.