Por José Odisio
El primer paso de Newell’s en la Copa de la Liga fue confuso. La Lepra cayó con Talleres y estuvo lejos del rendimiento esperado. No fue el equipo de los amistodos previos, estuvo errático, lento, previsible, como si hubiera salido del parate sin siquiera un ensayo con pelota. Y el 1-3 final dejó una sensación de preocupación.
Es cierto que el penal no cobrado a Scocco, demasiado claro para obviarlo, pudo cambiar la historia. En un partido parejo y cerrado, ponerse en ventaja era clave, pero lamentarse no tiene sentido. Y tampoco se puede poner como justificativo de la derrota un fallo arbitral, Newell’s tuvo otra falencias notorias que también lo llevaron a un resultado que pegó duro, en especial porque la expectativa previa era alta.
«No tuvimos la pelota, y nosotros no somos un equipo para correr», comentó Kudelka. Y es cierto, con Pablo Pérez, Maxi, Scocco y Moreno creer que el partido se puede ganar en velocidad es una locura. La realidad es que Talleres entendió mejor sus virtudes y flaquezas, la Lepra no. Y ahí deberá trabajar Kudelka. Además de reforzar el ánimo tras un inicio desfavorable.
Pensar que tener a Pablo Pérez, Maxi, Nacho y Palacios juntos es dar ventaja física es un error. Sobra calidad, inteligencia y juego en ese cuarteto. Pero Kudelka debe rodearlos mejor. Moreno no puede jugar de Pérez, sin dinámica o recuperación, tal vez haya que pensar en Cacciabue o el pibe Castro. Y el DT deberá darle confianza en la semana a Guanini, porque llega bajo de ánimo y tendrá su estreno en el Parque nada menos que frente a Boca.
El «grupo de la muerte» dejó en claro que nadie puede confiarse. Será muy duro y no permitirá muchos traspiés. Newell’s empezó mal pisado. Y tendrá que reaccionar rápido, o se quedará afuera antes de lo previsto.