A su vez, el presidente Mario Abdo Benítez, agradeció a "países amigos y hermanos que desinteresadamente extendieron su mano solidaria al pueblo paraguayo"
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, denunció este viernes en su discurso ante la Asamblea General de la ONU el uso que algunos países hicieron de las vacunas contra el coronavirus «como herramienta política e ideológica», aunque evitó precisar a qué naciones se refería.
También criticó al mecanismo impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Covax, por el retraso en la entrega de dosis, un problema que la iniciativa multilateral vinculó a los retrasos de las farmacéuticas, que priorizaron sus acuerdos con las naciones más ricas.
El mandatario agradeció a los «países amigos y hermanos que desinteresadamente extendieron su mano solidaria al pueblo paraguayo» y donaron vacunas contra el coronavirus, además de otros insumos médicos para enfrentar la pandemia. Los nombró uno a uno, pero, en cambio, eligió no dar detalles cuando denunció a algunos Estados de usar a las dosis «como herramienta de extorsión política e ideológica» en «uno de los momentos más duros de la historia reciente de la Humanidad».
«El Paraguay siempre apostó por el multilateralismo porque entendemos que los problemas comunes que trascienden nuestros países requieren de una respuesta conjunta, como es el caso del Covid-19», agregó el mandatario.
Abdo Benítez fue mucho más directo cuando atacó a Covax, el mecanismo al que Paraguay le compró 4,3 millones de dosis y solo recibió 304.800, según la prensa local.
«Qué difícil ha sido para muchos países como el nuestro tener que decirles a nuestros pueblos que, a pesar de haber gestionado, pagado las vacunas a tiempo a través del mecanismo Covax, recomendado por la Organización Mundial de la Salud para garantizar una distribución equitativa, las vacunas no llegaron a tiempo, eso le tocó vivir a Paraguay y a muchos otros países que tuvieron que esperar», se quejó el mandatario, sin referirse a las explicaciones de Covax y la denuncia de la OMS.
En medio de un descenso regional de casos y muertes por Covid-19, el líder paraguayo también se refirió a la recuperación pospandemia y destacó que la economía de su país se sustenta en gran medida en la producción de alimentos para la exportación.
«Nuestra condición de país en desarrollo sin litoral condiciona fuertemente y de manera estructural nuestro desarrollo», prosiguió e indicó que «será vital que se facilite el acceso efectivo de nuestros productos a los mercados de los países más desarrollados».
En ese sentido, destacó uno de sus proyectos: «El ambicioso proyecto del Corredor Bioceánico que llevamos adelante atravesará el territorio paraguayo y unirá el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, se constituye en un claro ejemplo de cómo pensamos aprovechar nuestra posición geográfica».
En materia de seguridad, el mandatario aprovechó su discurso ante la comunidad internacional para reiterar su denuncia sobre el reclutamiento de menores en actividades ilegales, un mensaje que repite con especial insistencia desde que el Ejército paraguayo mató a dos niñas argentinas en un operativo contra un campamento de la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y al principio las acusó de ser combatientes.
«Una de las mayores atrocidades del crimen organizado es la utilización de niños en sus actividades. Paraguay condena una vez más esta práctica deleznable y el uso de acciones inhumanas como el secuestro o las medidas de extorsión. Nuestro Gobierno no cesará en el combate firme y decidido contra grupos criminales en el marco de la ley ni escatimará esfuerzos para lograr el regreso de compatriotas secuestrados. Nuestro país es defensor de la vida, la familia y los derechos humanos», dijo el mandatario.
Finalmente, pidió fortalecer el rol de la Asamblea General de la Organización de la ONU y concretar la reforma tan discutida y prometida del Consejo de Seguridad, donde solo las cinco potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial tienen asiento permanente.