Opinión

"Argentina, Mosaico de Identidades"

Para promover el diálogo, el encuentro y la convivencia


Por Claudio Avruj (*)

«Argentina, Mosaico de Identidades» es el nombre de la declaración que recientemente suscribimos, desde la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, junto a la Federación Argentina de Colectividades y el Observatorio de Colectividades.

El título de este documento tiene que ver con la concepción de que nuestra sociedad es un mosaico de identidades, una nación en la que cada cultura que forma parte de ella brilla con sus particularidades, y le agrega valor a la belleza del conjunto.

La firma de esta declaración es la manifestación concreta de nuestro renovado compromiso para trabajar junto a las organizaciones de la sociedad civil, en el marco del Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos 2017-2020, en la elaboración de políticas públicas y de medidas de acción para la promoción del diálogo intercultural y la lucha contra cualquier tipo de discriminación.

Con esta rúbrica, damos también cuenta de la importancia que tiene para el Gobierno continuar poniendo en valor y difundiendo la vida de las colectividades y el gran aporte que realizan. Estamos convencidos de que es el mejor camino para luchar contra el odio, la incomprensión y la xenofobia.

De esta manera, estamos honrando la tradición de una Argentina sinónimo de un país plural, que apuesta al diálogo, al respeto por la diversidad y la convivencia pacífica para hacer realidad un futuro de desarrollo con inclusión.

La mayoría de los inmigrantes que llegan a la Argentina lo hacen con un espíritu de trabajo y una enorme necesidad de acompañamiento y apoyo. Es por ello que ratificamos con esta declaración la voluntad de avanzar de manera conjunta, con el Alto Comisionado de las Naciones para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, en la promoción y protección de derechos de quienes buscan en nuestro país un nuevo comienzo, en paz y libertad.

A través de estas acciones buscamos consolidar y honrar el legado de la larga tradición de flujos migratorios que hicieron grande a este país: historias de trabajo, de abnegación y sacrificio, para forjar un futuro mejor para las nuevas generaciones.

Somos un país de puertas abiertas y eso no va a cambiar. Sin embargo, quien rompe ese pacto de confianza, y se pone fuera de la ley, no tiene lugar entre nosotros.
Estamos trabajando todos los días para vivir más seguros. En ese punto, el delito no tiene nada de ver con el país de origen de quien lo comete y no existe persecución alguna a los migrantes.

Es preciso entender que una forma de proteger el derecho de las colectividades a vivir en nuestro país es no permitir que alguno de sus miembros viole las normas que todos debemos cumplir. Y es por ello que la justicia debe obrar para evitar que aquellos que vienen a la Argentina sin vocación de trabajo y con intención de cometer delitos perjudiquen a una mayoría respetuosa de la ley.

Con ese espíritu estamos junto a las colectividades, acompañando y apoyando su integración, para que nuestro mosaico de identidades brille como nunca, con el orgullo de sentirnos argentinos.

(*) Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación