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Para Maldacena es posible la existencia de otros mundos con leyes físicas distintas


Segunda entrega de la entrevista con CLG del físico argentino más prestigioso del mundo y que más avanzó en desentrañar el origen del universo. Habla de la base de su nuevo trabajo y rememora sus inicios en la Argentina

Continuando con la entrevista exclusiva publicada ayer en Con la Gente Noticias al físico argentino Juan Martín Maldacena, quien con su ingeniosa Conjetura de Maldacena o Teoría M unificó la teoría cuántica y la teoría de la relatividad desarrollada por Einstein para intentar explicar el origen del universo, en esta segunda entrega el investigador hace un análisis profundo de los agujeros negros, base de su actual proyecto. «Dentro del agujero negro el espacio tiempo colapsa y se produce una ‘singularidad’, por lo que allí la teoría de Einstein deja de ser válida», cuenta el científico nacido en Caballito. Además, se refiere a la existencia de mundos paralelos, algo que califica de «teóricamente posible», como así también a los distintos tipos de materia. Por último, nos adentramos en su historia personal, la influencia de su padre y su valoración de la ciencia argentina.

Reconocido por su capacidad y su sencillez, Maldacena fue galardonado con los más altos reconocimientos de la ciencia por sus aportes a la física teórica, como las medallas Lorentz, Einstein y Galileo Galilei, e incluso llegó al Vaticano un mes después que el papa Francisco: desde abril de 2013 es miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias. Por eso, muchos insisten que está en carrera al premio Nobel.

El argentino concentra sus trabajos en el desarrollo de la gravedad cuántica, los agujeros negros y la teoría de cuerdas, que busca presentar una descripción del universo como si se hubiera formado a partir de la vibración de cuerdas infinitesimales que dan lugar a las distintas partículas. Y sus pares reconocen que uno de sus logros es haber hecho consistente matemáticamente la teoría de la relatividad de Einstein, que describe los cuerpos más grandes del cosmos, y la mecánica cuántica, que se ocupa de las partículas más pequeñas de los átomos.

Su misterio por saber cómo funcionan las cosas comenzó de chico. Cuentan que con sus cortos 12 años ayudaba a su padre, Luis Maldacena, quien fabricaba y arreglaba ascensores en los años 70, a refaccionar cosas del hogar. Con el correr de los años se metió en el mundo de la física y después de formarse en el país emigró hace ya más de dos décadas a Estados Unidos, donde brilla por su conocimiento. En la segunda parte del reportaje exclusivo con Con la Gente Noticias habla de estos temas y muchos más.

Maldacena ha hecho muchos y muy originales aportes a la física teórica, que abarcan desde las teorías de cuerdas y los agujeros negros a sistemas que se pueden construir en un laboratorio.

—¿Qué es un agujero negro y qué hay en un agujero negro?

—Un agujero negro es una configuración posible del espacio tiempo. Es una geometría muy deformada, con respecto a la del espacio plano. Su característica más importante es que contiene una región de la cual no podemos recibir señales si nos mantenemos lejos. Desde lejos parece un objeto masivo, como si fuera una estrella. Pero no brilla como una estrella, y la materia que lo forma está en su interior, la región que no nos puede mandar señales. Esta región que no nos puede mandar señales se llama el «interior» del agujero negro. Desde afuera, el agujero negro es una configuración estacionaria. Sin embargo, si vamos hacia el interior, encontramos una región del espacio tiempo que colapsa. Es como un «Big Crunch», lo opuesto al «Big Bang». En otras palabras, dentro del agujero negro el espacio tiempo colapsa y se produce una «singularidad». Esto significa que no sabemos que es exactamente lo que pasa cuando el espacio colapsa totalmente ya que la teoría de Einstein deja de ser válida en ese lugar.

—¿Es posible la existencia de mundos paralelos?

—Creo que la pregunta es si pueden existir otras regiones en el universo en donde las leyes de la física fueran distintas. Sí, eso es teóricamente posible, pero no hay ninguna evidencia experimental de que existan. También sería imposible mandar señales entre estas regiones tan distantes. Como el universo tiene una edad finita, unos 13 mil millones de años, y la velocidad de la luz también es finita, esto implica que la región que podemos ver del universo es finita.

Otra posible interpretación de la pregunta es la siguiente: uno podría preguntarse si hay otro tipo de materia, además de la que conocemos. Si se cree que la hay, es la materia oscura. Es un tipo de materia que sólo detectamos a través de sus efectos gravitacionales. No sabemos exactamente cómo se compone esta materia. En principio, podría haber planetas de materia oscura, con extraterrestres hechos de materia oscura. Pero la posibilidad más sencilla es que la materia oscura consiste simplemente en partículas elementales que no interactúan mucho entre sí y no forman planetas ni objetos más pequeños.

¿Es posible un mundo o una dimensión de no materia?

—Es posible que haya regiones del universo donde no haya partículas estables masivas, en ese caso sólo habría radiación y no habría materia.

En 2018, el científico recibió en Amsterdam uno de los mayores reconocimientos que existen en el campo de la ciencia: la Medalla Lorentz.

Como ser humano y científico, ¿qué siente, qué pensamientos íntimos abriga cada vez que se pone frente a este universo extraordinario?

—Una sensación de asombro por lo grande y variado que es. Y por su historia tan interesante que nos lleva al punto en que estamos ahora. Es notable como el universo comienza sencillo, y como su complejidad ha ido aumentando. También es notable la simplicidad de las leyes fundamentales. Son sencillas, pero matemáticamente sutiles.

—¿Cómo surgió su misterio por saber cómo funcionan las cosas? ¿Su experiencia familiar influyó en esto?

—Cuando era chico ayudaba a mi papá a arreglar aparatos de todos los días, como el lavarropas, la heladera, el auto. Esto me hizo interesarme en la tecnología, la electricidad y eventualmente en las leyes de la naturaleza.

En mayo de 2019, Juan Martín Maldacena recibió en Italia la Medalla Galileo Galilei por su contribución a la física teórica.

¿Qué recuerda de aquellos primeros años de formación en Argentina? ¿Hubo cosas que lo marcaron para el resto de su carrera?

—Recuerdo que me gustó mucho comenzar la universidad y poder tener muchos cursos de matemáticas y física. También recuerdo que mis profesores tenían mucho entusiasmo por la investigación y por descubrir cosas nuevas.

Como gran exponente de nuestro país, ¿qué valoración hace de la ciencia argentina?

—En Argentina hay gente que está haciendo investigación de punta. Argentina es un país de ingresos medios y que ahora se encuentra con una gran crisis sanitaria, económica y política, por lo cual no se puede esperar el nivel de descubrimientos que hay en países más desarrollados. Pero a pesar de esta crisis, hay muy buenos investigadores. De hecho, alguien notable es Horacio Casini, que es originalmente de Rosario, y que ahora está en Bariloche. Ha encontrado nuevas maneras de entender cómo la información cuántica gobierna ciertos aspectos de la física de partículas.