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Pablo Granados: «A Rosario la llevo adentro y la recuerdo siempre»


 

Por Mario Luzuriaga

Pablo Granados es actor, comediante, cantante y sobre todo rosarino de pura cepa. Se ha reversionado continuamente luego de su salida de «VideoMatch» incursionando como actor junto a su gran compañero de aventuras Pachu Peña.

Pero también estuvo haciendo comedia en Sudamérica, más precisamente en Ecuador donde su programa humorístico fue furor, al punto tal que el entonces presidente Rafael Correa estuvo comiendo un asado y siendo parte de ese programa.

Hoy por hoy Pablo sigue haciendo de las suyas pero encontró el medio justo que es Instagram, en donde hace videos cortos y bien divertidos hasta con su madre.

En una entrevista con CLG contó sus trabajos actuales, su paso por el cine latinoamericano y la relación con sus hijos.

—Lograste captar un nuevo público a través de Instagram.

—Básicamente es una veta de lo que hoy me hace feliz, que es mezclar un poco el humor, la música, la familia y cosas que me movilizan. Me parece que esta plataforma me cayó como anillo al dedo porque es ágil, muy directa y es un público bastante nuevo. Es un público más joven que ya no mira más televisión.

—¿Se está perdiendo el hábito de que los jóvenes vean televisión?

—Sí, lo que pasa es que el contenido digital hoy tiene un ritmo de zapping más veloz que el de la tele, entonces los pibes vienen con una cabeza más editada, con mucha información y pasa que ven un video de un minuto, le parece largo y lo sacan.

—En Instagram lograste eso y también involucrás a tu mamá, a Mery y hacés esas entrevistas en la ducha que son desopilantes.

—Yo tengo una familia que viene de artistas, mi vieja se descubrió tarde porque siempre fue «mujer de…». Cuando falleció mi viejo, empezó a estudiar, a llenar sus baches y se recibió en el teatro El Círculo. Entonces sacó una comediante que tenía de adentro que es brillante y que conmigo se ablanda un poco más. Ante todo soy productor, lo hago con mi hija y también con mi mamá.

—Imagino que te llevará un tiempo poder editar y armar el contenido para después subir a redes.

—A mí me gusta mucho editar, yo siempre absorví mucho con la gente que trabajé y me gustó mucho aprender eso. Las notas de «Deportes en el recuerdo» llevaban mucho tiempo de edición porque eran muy largas. Sentarme ahí y aprender fue buenísimo y me gusta mucho poder hacerlo ahora.

—Alguien que hace algo parecido es tu hijo Migue.

—No tenemos mucho tiempo para juntarnos y hacerlo, sobretodo cuando hacemos algo musical los tres juntos.

—Mery también ha despegado con su faceta musical que sorprende. ¿Te enorgullece ver el crecimiento de ambos?

—Sí, aparte yo la produzco y compongo algunas de sus canciones. Me emociono mucho y trato de concentrarme porque cuando canta yo vuelo. No puedo concentrarme en la producción porque me emociona y me quedo llorando. Los dos son grandes autoproductores como lo hizo mi viejo en Rosario.

—Nunca te despegaste de Rosario cuando hiciste tus personajes.

—Eso tiene que ver que tenemos cierto código con nuestra ciudad y nos gusta siempre que la gente se de cuenta que la queremos y que la llevamos adentro y que la recordamos, homenajeando ciertos personajes, como así también futbolistas rosarinos cuando hicimos de policías. Molfino y Vidaña fue de casualidad, porque podríamos haber usado Tessandori y Sala, fue al azar y sonaron lindo. El rosarino siempre nombra a Rosario y se enorgullece de eso, el Negro Fontanarrosa es conocido en todo el mundo y en su obra se nombra a la ciudad o al bar El Cairo. Yo hice una película en Amozonia, que se llama «Lusers» con un chileno y un peruano; y da la casualidad que la tribu que habían armado era roja y negra y cuando llegué al set y los vi a los indígenas pintados de rojo y negro. Improvisando me salió decirle al cacique que me gustaba cómo tenían pintada la cara porque yo era de Newells y lo pusieron en la película.

—¿Pensaste en algún momento que aún hoy se los recuerde tanto a vos y a Pachu?

—Somos hermanos, es difícil encontrar alguien con química y quieras trabajar toda tu vida. Muchos aman «Deportes en el recuerdo», yo no sé si esas cosas deben repetirse, a lo mejor en especiales. Yo soy muy creyente de lo que fue muy bueno, fue en un momento determinado y lo mejor es quedarse de ese recuerdo. Ya tu cabeza no es la misma y tu cuerpo tampoco, cuando hicimos el último «Deportes…» tardé dos días en recuperarme.