Sentite Mejor

Osteoporosis posmenopáusica: todo lo que tenés que saber


La osteoporosis posmenopáusica es una de las enfermedades más frecuentes en las mujeres que ya pasaron por la etapa de la menopausia. ¿Cuáles son sus síntomas?

La osteoporosis posmenopáusica es una de las enfermedades más frecuentes en las mujeres que ya pasaron por la etapa de la menopausia. ¿Cuáles son sus síntomas?

La osteoporosis posmenopáusica es muy frecuente en mujeres que ya han pasado por la menopausia, ya que los cambios hormonales inciden en su aparición. Esta enfermedad, como toda osteoporosis, se caracteriza por la debilidad de los huesos.

Al menos el 40 % de las mujeres caucásicas van a sufrir una fractura originada por la osteoporosis posmenopáusica. Esta enorme cifra da una idea de la importancia que tiene esta enfermedad para la salud femenina. Una fractura puede deteriorar la calidad de vida significativamente y genera numerosos riesgos

La palabra osteoporosis significa, literalmente, “huesos con poros”. Una de las grandes dificultades de la osteoporosis posmenopáusica es que la mayoría de las veces no provoca ningún síntoma, hasta que no se presenta una fractura que genera dolor. Asimismo, una fractura ósea incrementa el riesgo de sufrir otra.

¿Qué es la osteoporosis posmenopáusica?

La osteoporosis posmenopáusica es la disminución de la masa ósea que se produce debido a los cambios hormonales que sufre la mujer tras atravesar la menopausia. La osteoporosis posmenopáusica es una enfermedad del hueso, cuya principal característica es la disminución de la masa ósea. A su vez, implica una alteración en la microestructura ósea. Todo esto, en conjunto, hace que quien tenga este problema sea muy vulnerable a las fracturas.

En la osteoporosis hay una resistencia ósea disminuida. Para que haya resistencia se requiere de densidad y calidad ósea. La densidad viene determinada por la cantidad de masa ósea y la calidad tiene que ver con la integridad en la arquitectura del hueso. Ambos factores están deteriorados cuando hay osteoporosis.

Según las estimaciones, 3 de cada 1.000 mujeres mayores de 50 años sufren una fractura de fémur cada año, a causa de la osteoporosis posmenopáusica. La fractura del antebrazo es casi del doble. La presencia de una fractura incrementa de manera significativa el riesgo de mortalidad en estas mujeres.

La ausencia de síntomas y su manejo

La osteoporosis posmenopáusica, y todas las osteoporosis en general, no generan síntomas. Se hacen visibles cuando se presenta una fractura, que generalmente tiene lugar en el fémur proximal, la columna vertebral y el antebrazo distal.

El único recurso para diagnosticar la osteoporosis antes de que genere fracturas son las pruebas de densidad mineral ósea (BMD por sus siglas en inglés). Son exámenes de rayos X que permiten establecer el estado de la densidad ósea.

Los resultados sugestivos de osteoporosis permiten iniciar un tratamiento oportuno para prevenir fracturas. Si bien esto no elimina los riesgos, sí permite reducirlos a un margen manejable.

Causas de la enfermedad

Conforme se da el proceso de envejecimiento, los huesos tienden a perder tejido óseo. En las mujeres, los bajos niveles de estrógenos intervienen en dicha pérdida.

En condiciones normales, una persona crea más tejido óseo del que pierde hasta, aproximadamente, los 30 años. Después de esa edad, alrededor de los 35 años, ocurre lo contrario: se pierde más tejido óseo que el que se crea. Esto lleva a que haya una pérdida gradual de la masa ósea. Cuando este proceso llega a cierto punto, se produce la osteoporosis.

Se ha establecido también que hay una relación directa entre la menopausia y la osteoporosis. Cuando inicia la menopausia, el proceso de destrucción del tejido óseo se acelera. Todo indica que los niveles hormonales bajos, sobre todo de estrógenos, facilitan el desarrollo de la osteoporosis posmenopáusica.

Tratamiento

Hasta hace un tiempo, la terapia hormonal sustitutiva era el tratamiento usual para prevenir la osteoporosis posmenopáusica. Sin embargo, diversos estudios comprobaron que su eficacia era limitada y, además, que aumentaba el riesgo de padecer cáncer de mama, ictus y tromboembolias venosas.

Actualmente, en principio, se acude a la terapia no farmacológica para prevenir la osteoporosis posmenopáusica. Esta consiste en una dieta que incluya un buen nivel de calorías, calcio y vitamina D. Son muy recomendables los suplementos alimenticios de calcio. Asimismo, se aconseja la práctica frecuente de ejercicio y el abandono del consumo de tabaco.

Todas las mujeres posmenopáusicas deberían adoptar las anteriores medidas. Cuando el riesgo de osteoporosis es muy alto, por lo general se adelanta una terapia farmacológica. Esta incluye bifosfonatos, alendronato, risedronato, raloxifeno o calcitonina, según el caso.

Se espera que en el corto plazo esté disponible un tratamiento a partir de la hormona paratiroidea, que ya se ha ensayado con éxito. También está en etapa de prueba un tratamiento con sales de estroncio, que resulta ser muy prometedor.

Con información de MejorConSalud