Opinión
Política y Economía

Opinión: «La inflación no afloja»


Por Diego Añaños

Por Diego Añaños

El Indec dio a conocer el miércoles pasado la inflación del mes de octubre, que fue de 6,3%, levemente por encima del 6,2% de septiembre, y muy lejos del 3,5% de octubre del 2021. Los rubros que traccionaron más fuerte el índice general fueron Comunicación (telefonía e internet), con un 12,1%, seguido Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustible, con un 9,5% y alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 8,3%. El acumulado interanual, es decir, octubre de 2021 contra octubre de 2022, fue de 88%, mientras que el acumulado para todo 2022, se situó en 76,6%. Es la inflación acumulada para los primeros 10 meses del año más alta desde 1991, el año en el que entró en vigencia la Ley de Convertibilidad. Y para colmo de males, la ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Kelly Olmos, se dedica a echarle nafta al fuego del malestar popular diciendo que ahora la prioridad es que Argentina gane el Mundial.

Si bien es cierto que nadie esperaba menos de 6%, buena parte de los analistas la ubicaban por encima del 6,5%, llegando en algunos casos a proyectar un 7,4% (Adcap Asset Management). Es un número alto, probablemente el primero en el que toda la responsabilidad recae sobre la gestión del nuevo equipo económico. En general tratamos de ser prudentes y no ir más rápido que la realidad, y es verdad que aún es temprano para establecer el fracaso de Sergio Massa. Sin embargo va quedando claro que los primeros intentos de resolver la cuestión mediante conversaciones no han funcionado. Los grandes formadores de precios en la Argentina han seguido remarcando de manera feroz, y sólo queda en pie la expectativa del impacto que pueda tener la puesta en marcha del programa Precios Justos. Y aquí sólo juega la política, se acabó la economía a secas, si es que en algún lugar del mundo, en algún momento de la historia existió algo así. El argumento de que la inflación se desboca por el exceso de gasto estatal ha quedado en el pasado, particularmente en un momento en el que el gobierno está llevando el déficit a niveles muy por debajo de la media global. Pensemos que el proyectado para 2022 se ubica en un 2,5% (cifra acordada con el FMI), mientras que la Eurozona navega a un ritmo del 3,7% y los EEUU se sitúa en un 5,8%.

La inflación también fue uno de los temas centrales de la reunión que mantuvo Alberto Fernández y la comitiva argentina con la directora gerente del FMI. Siempre de modo amable, pero sin aflojar la soga, la funcionaria sugirió que la Argentina debe seguir trabajando para combatir la inflación. A renglón seguido, felicitó al presidente y lo instó a que el país mantenga el rumbo exitoso de los últimos meses. Claro, para Georgieva es muy importante que la Argentina cumpla con lo acordado en el programa de Facilidades Extendidas, porque el Fondo viene arrastrando el fracaso de la última gestión, que llevó a nuestro país a un default. Para la búlgara no es un caso más. Tanto ella como el renovado plantel del organismo (Gita Gopinath, Ilan Goldfjan, etc), la Argentina puede transformarse en una plataforma de despegue o en el fracaso que signará sus carreras para siempre.

En medio del viaje del presidente y el ministro de Economía a Indonesia, donde participan de la cumbre del G-20 en Bali, se despertó de su sueño el dólar blue. En sólo dos jornadas, martes y miércoles, subió $14. La noticia causó mucha preocupación entre la gente, pero en realidad no es para preocuparse. La realidad marca que la cotización del dólar paralelo estaba muy retrasada. Recordemos que cerró 2021 con un valor de $208. Si lo comparamos con el cierre

de ayer, que fue de $308, el aumento nominal fue de $100, pero si lo medimos porcentualmente, el incremento durante todo el 2022 fue de 48%, muy por debajo de la inflación que, como decíamos antes, acumuló un 76,6%. Igualmente, vale insistir en algo que venimos sosteniendo desde hace mucho: el problema es la inflación, no el dólar.

Para cerrar. Causaron mucho revuelo las declaraciones del secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, en el 14° Simposio de Mercado de Capitales y Finanzas Corporativas organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). El funcionario dijo, entre otras cosas, que hoy es imposible salir del cepo, porque no están dadas las condiciones. Dijo textualmente: “No es posible salir del cepo ahora, si hacés una devaluación y sale mal, es un Rodrigazo”. Como bien destaca Rulo De la Torre en un artículo en Página 12 de ayer, Rubinstein no explicó claramente qué significa para él que una devaluación salga bien. Digamos, no está en su radar la brutal transferencia de ingresos de los trabajadores a los exportadores y tenedores de activos dolarizados. Está claro que el secretario es un hombre que responde a los cánones de la ortodoxia y, al igual que Sergio Massa, ha aceptado mansamente que el programa económico se escriba en el FMI, tal y como afirmó Carlos Melconián hace unos días, cuando relató por qué no había aceptado ser ministro de Economía de Macri.