Por Enrique Genovar
La cara fea de Central regresó ante los santiagueños. El equipo de Carlos Tevez fue una sombra y cayó sin atenuantes ante Central Córdoba. El Canalla tuvo una noche para el olvido y no se pareció en nada al que había sumado 10 de los 12 últimos puntos que había disputado.
Central nunca le encontró la vuelta al partido. No lució sólido en defensa, el mediocampo no generó juego y los delanteros estuvieron desconectados.
Al equipo de Tevez le costó horrores meterse en partido. Desde el vamos se notó que el entrenador le erró en el planteo y fue superado por un juego simple y efectivo que hizo el rival. Jugadores en otra sintonía, futbolistas que dejaron pasar otra chance y la mayoría de los que ingresaron nunca la encontraron la vuelta.
El golazo de Mitelli fue el desenlace de la primera cachetada que recibió el Canalla. Es que antes del gol el rival ya había inquietado en dos oportunidades. Más allá del tanto de los santiagueños la defensa demostró desde el comienzo tener las vicisitudes del pasado. El sistema defensivo fue frágil y una muestra de ello fue el segundo gol donde varios de los rivales no tuvieron resistencia. El 2-0 con que terminó el primer capítulo puso el partido como irremontable si la cosa no cambiaba en el complemento.
El segundo tiempo Central tuvo más la pelota, pero ahí se vio un equipo irresoluto. Un planteo que no estuvo a la altura de lo que el juego exigía y que solamente quedó a merced de un arrebato individual que nunca llegó. Los cambios que hizo Tevez no funcionaron y varios de los que ingresaron demostraron rápidamente por qué en el pasado perdieron el puesto dentro de los once titulares.
Un golpazo fue el que se dio Central. Un equipo que chocó contra una realidad que no hizo otra cosa que demostrar que el camino será duro y que las alternativas no sobran. Central deberá seguir sumando puntos, mientras observa otra vez a la Copa Argentina como su único gran objetivo en lo que queda del año.