Por Enrique Genovar
Triunfazo. No por el rival en sí. Sino por cómo se dio el partido. Lo ganó muy bien. La victoria fue justa, contundente y lo hizo después de un discreto primer tiempo y de un muy buen complemento. Central le ganó a Barracas y volvió a sonreír después de algunas tristezas. Y la jornada fue aún más victoriosa porque el encuentro tuvo a Andrés Merlos que lejos estuvo de impartir justicia. El árbitro del partido perjudicó al Canalla y favoreció al rival en la mayoría de las decisiones que tomó.
Central sumó en un momento justo del torneo. Ya que una victoria se necesitaba para salir de la mediocridad donde se había instalado. Una victoria que da aire y ratifica el camino que decidió tomar Carlos Tevez a quien no le importa la cuestión generacional, sino que ubica en la cancha a quiénes están mejor por más jóvenes que sean.
No fue un partido fácil desde el vamos. El primer tiempo fue feo, mal jugado. Así y todo, el Canalla se puso arriba con el gol de Frías, después de la gran proyección de Lautaro Blanco (una de las figuras de la cancha). La inexperiencia de los juveniles se vio en un momento clave luego de que Cerrudo perdiera una pelota imposible y que Barracas la aprovechara para llegar a la igualdad minutos después del tanto auriazul.
Cuando el final de la primera etapa estaba sin duelo apareció Merlos. El árbitro a instancias del Var echó a Tanlongo de mala manera, en lo que fue un intento claro del árbitro de dirigir para “la corona”. Los minutos que quedaron fueron de nerviosísmo porque los jugadores canallas se daban cuenta de lo que había decidido el juez.
En el segundo y principalmente después de los acertados cambios que hizo Tevez los chicos leyeron el partido como grandes. Nunca se notó el jugador de más que tenía el rival y el Canalla creció en rendimiento. Blanco volvió a hacer de las suyas y habilitó a Veliz para el segundo. Luego fue Infantino quien culminó la obra.
Central volvió a la victoria. Lo hizo tras jugar 50 minutos con un hombre de menos tras el arrebato que hizo Merlos. Los chicos rindieron de muy buena manera. Facundo Buonanotte se lució con 17 años y pasitos detrás de Blanco fue la otra gran figura que tuvo la tarde. La próxima estación llegará pronto y es Boca, pero estos días que quedan serán de alegría por el deber cumplido en lo que fue una muy buena tarde de sábado.