Espectáculos

Favio Sinfónico en el CCK, entre la actualización y el recuerdo


El encuentro musical fue uno de los primeros tributos de una serie de homenajes al notable cantante y realizador cinematográfico, de quien en noviembre próximo se cumplen 10 años de su fallecimiento.

(Por Pedro Fernández Mouján-Télam)

Luciana Jury, Sofía Viola, Chino Laborde, Iván Noble, Dolores Solá y Sof Tot fueron algunos de los cantantes que en un ejercicio de actualización y recuerdo interpretaron bajo un marco sinfónico canciones emblemáticas de Leonardo Favio en un concierto que se desarrolló anoche en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner.

El encuentro musical, organizado por la Municipalidad de Avellaneda y el Ministerio de Cultura de la Nación, se constituyó en uno de los primeros tributos de una serie de homenajes al notable cantante y realizador cinematográfico, de quien en noviembre próximo se cumplen 10 años de su fallecimiento.

El concierto sirvió también para dimensionar y volver a tener presentes las múltiples aristas de uno de los más particulares creadores populares que dio la Argentina en el último siglo, que nunca renunció a su origen ni a su pertenencia de clase sino que hizo de esta adhesión un ejercicio de reconocimiento y una forma de estar en el mundo.

Peronista declarado y militante, tanto en su música como en su cine, Favio fue uno de aquellos nervios que dotó de contenido al movimiento popular, en su caso resaltando la dimensión afectiva que el proyecto político que tomó materialidad el 17 de octubre de 1945 incorporó como rasgo propio a la política argentina.

El concierto de anoche en el CCK estuvo liderado por una orquesta de cuatro violines, dos violas, dos cellos, contrabajo, flauta, saxo, clarinete, corno, piano, guitarra, órgano y coro, contó con arreglos y dirección musical de Pablo Salzman y Julián Caeiro e intercaló distintas canciones de Favio de fines de los 60 y comienzos de los 70, interpretadas por diferentes cantantes, junto con fragmentos musicales de algunos de sus filmes como «Gatica, el Mono», «Nazareno Cruz y el lobo», «Juan Moreira» y «Perón, sinfonía del sentimiento».

El espectáculo arrancó con el registro del texto de Favio «Cuando llegue la hora» en la voz de Graciela Borges sobre imágenes del creador de «Crónica de un niño solo» y luego dio paso a la Obertura a Juan Moreira para internarse luego en canciones que Favio hizo masivas en su momento de apogeo musical como «Ni el clavel ni la rosa», que interpretó Lowrdez; la bella «Quiero aprender de memoria» en un registro evocativo de Mariano Fernández Bussy y la muy acertada versión de «O quizás simplemente le regale una rosa» que hizo Sof Tot, con mirada propia pero atenta al ángel de la original.

Los arreglos orquestales funcionaron a la perfección con las canciones de Favio, no sólo porque eran habituales en las grabaciones originales sino porque establecieron un contacto directo con una Argentina que ya no existe, donde sus artistas populares eran parte fundamental de la maquinaria de la industria cultural y donde, además, masividad, éxito y reconocimiento no estaban disociados de la identidad propia ni eran logros exclusivos de las multinacionales del entretenimiento.

El concierto tuvo continuidad con fragmentos de la banda sonora de «Nazareno Cruz y el lobo», el filme más taquillero de la historia cinematográfica nacional; la acertada y aplaudida performance del Chino Laborde en «Más que un loco», sobre la que Dolores Solá, que se le sumó para «Chiquillada» le dijo: «Tenés que grabarla» y antes de un nuevo paso a un fragmento instrumental subió al escenario Barbarita Palacios para hacer «Quiero la libertad».

Fue muy intensa la interpretación de «Fuiste mía un verano» de Iván Noble, aun cuando la orquestación no funcionó tan perfectamente; y desbordante la energía de Sofía Viola en su versión de «Amar o morir», para dar paso luego a la muy peronista «Estoy orgulloso de mi general» que hizo Dolores Solá antes de los fragmentos instrumentales de la banda sonora de «Perón, sinfonía del sentimiento».

Para el final, el escenario fue ganado por la figura magnética y carismática de Luciana Jury, sobrina del homenajeado, que interpretó «Si mi guitarra canta como canta» y, como cierre, una notable «Ella ya me olvidó», acaso el gran tema de Favio, que cerró con todos los músicos sobre el escenario cantando el estribillo.