“El Concejo no puede ser una mera escribanía. Es el Estado, en todas sus órbitas, el que debe proteger a los vecinos y vecinas, todos ciudadanos con los mismos derechos que cualquiera. No nos oponemos al desarrollo. Nos oponemos a la arbitraria forma de llevarlo adelante. El Estado debe regular, controlar y exigir que se cumplan las normas, no dejar en manos del sector privado las condiciones para fijar los indicadores urbanísticos de la ciudad“, manifestó la concejala Norma López sobre el polémico proyecto urbanístico del empresario Aldo Lattuca, que fue aprobado este jueves por la noche en el Palacio Vasallo.
Vale recordar que este proyecto impulsa la construcción de tres torres de edificios en la zona comprendida por las calles Córdoba, Corrientes, Paraguay y Rioja. “El socialismo construyó una ciudad de negocios inmobiliarios. Decenas de edificios en los mejores lugares de la ciudad. Y otros tanto también vacíos. Y es aquí donde el Estado debe estar presente. En esta lamentable alianza con Cambiemos se está aprobando la ejecución de una obra que afectará seriamente a los rosarinos”.
López manifestó que vecinos y vecinas quedaron decepcionados porque “el dictamen de comisiones no cuenta con su mirada, a pesar de haber presentado varios expedientes que se trataron en conjunto con la propuesta edilicia”.
La concejala del PJ se preguntó durante su exposición en el recinto: “¿Cuál es el concepto aquí de ciudad sostenible e inclusiva? Nosotros no lo vemos. No estamos en contra del desarrollo pero creemos que es el Estado el que debe lograr equidad, igualdad de condiciones e inversiones, en todas las áreas de la ciudad, sino se genera inequidad conllevando mayor violencia”.
Ante la justificación de algunos ediles sobre los empleos que se generará, Norma López apuntó: “Se está avanzando en una ciudad desigual, eso claramente no es inclusivo”. “Además –continuó-, no se presentaron planos con anteproyecto de usos, ni propuestas de planificación concreta en relación a cuántas personas afectará directa e indirectamente durante los años que demande la obra”.
Para finalizar, la edila describió: “Se minimizaron problemas de alto impacto como el ruido que provocará la obra. No se previeron barreras acústicas, ni otras medidas de mitigación como trabajo con máquinas de corte y de impacto en obradores insonorizados. Mucho menos se analizó la sombra arrojada, un estudio que debería hacerse en cualquier proyecto ya que se pierde calidad de luz, se genera mayor humedad y el aire se condensa”.