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Muchos pacientes con leucemias y linfomas se diagnostican tarde


Entre el 60 y el 70% de los pacientes oncohematológicos llega tarde al diagnóstico, según lo advirtió un estudio realizado en 10 centros de referencia de 5 países de Latinoamérica.

Se trata de aquellos pacientes fundamentalmente con leucemias, linfomas y mieloma múltiple, que sólo en Argentina, representan 15 mil nuevos casos por año, lo que equivale a 1 diagnóstico cada 30 minutos.

El estudio se realizó en 10 centros de referencia de 5 países de la región, siendo Fundaleu y el Hospital Universitario Austral los representantes por la Argentina.

En todo el recorrido que hacen los pacientes desde la sospecha de la enfermedad, pasando por la confirmación y el tratamiento, en Latinoamérica se encuentran con diversos obstáculos de los que la Argentina no es ajeno.

El trabajo, recientemente publicado, evaluó las 25 mejores prácticas que se dan en los centros especializados líderes para proponer cambios en la atención de los pacientes.

Mejor y más rápida detección, formación de especialistas, equipos multidisciplinarios y atención centrada en el paciente y su familia son algunos de los ejes que se destacan.

En la región, existen menos de 1 hematólogo por cada 100 mil habitantes, según el informe denominado ‘Mejorando el abordaje de las neoplasias hematológicas malignas en América Latina’ que fue desarrollado por la consultora KPMG e indagó en la situación del manejo de estas condiciones en Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay.

«Muchas veces son pacientes que llegan por casualidad a una guardia, pero presentan un estado crítico que debe ser abordado inmediatamente por personal idóneo e iniciar un tratamiento específico cuanto antes. En Argentina, necesitamos más centros especializados, que estén mejor preparados para brindar atención de calidad a estos pacientes y que estén mejor distribuidos geográficamente», sugirió Fernando Piotrowski, paciente con leucemia mieloide crónica y Director Ejecutivo de la asociación ALMA, organización que asesoró sobre el diseño y la revisión de los resultados del reporte.

Según se desprende del análisis, uno de los principales problemas que enfrenta Latinoamérica tiene que ver con que limitaciones en el conocimiento y la capacitación de los especialistas sobre estas patologías conducen a un diagnóstico y pronóstico tardíos.

Un aspecto, cada vez más determinante, son los testeos moleculares que se realizan tras la biopsia de médula ósea, para identificar qué tipo de alteración genérica presenta la enfermedad y así poder tomar las decisiones terapéuticas más acertadas.

«En algunos casos, hay tratamientos que sólo pueden indicarse rápidamente cuando se inicia la quimioterapia, por ejemplo.

Entonces, la ventana de oportunidad es estrecha y la velocidad para realizar ese estudio y obtener los resultados se vuelve un diferencial determinante para el pronóstico del paciente», explicó el hematólogo Gustavo Kusminsky, jefe servicio de Hematología y Trasplante Hematopoyético en Hospital Universitario Austral.

Estos ‘cánceres de la sangre’ representan una carga significativa en Latinoamérica y muestran tasas de prevalencia e incidencia variadas a lo largo de la región.

En la Argentina, ocasionan alrededor de 15 mil nuevos casos por año, lo que representan cerca de 1 diagnóstico cada 30 minutos.